En Venezuela la crisis de la escasez de gasolina no es un tema novedoso; sin embargo, la coyuntura que presenta el país debido a la pandemia mundial del Covid-19 ha desnudado la debilidad de la administración de Nicolás Maduro en este sentido, y su incapacidad para abastecer al país de combustible.
Las irregularidades en el suministro del carburante se suma a una larga lista de déficit de servicios públicos hoy administrados por el Ejecutivo. Se trata de una realidad que en los últimos ha abierto -aún más- el debate sobre la necesidad de pasar estos a manos privadas. La gasolina podría ser la debutante en este sentido.
En exclusiva para Venepress, expertos aseguraron que la idea de incluir las instituciones privadas en el tema de la gasolina, es la mejor solución; sin embargo, para que la iniciativa sea llevada a cabo el Estado y los venezolanos deberán comprender que el precio del servicio será alto, causando un impacto en la sociedad que marcaría un antes y un después del declive de este tópico.
El director de Econométrica, Henkel García, aseveró que esto es “un hecho” debido a conversaciones recientes que ha tenido el gobierno venezolano sobre la importación privada de gasolina.
Acentúo la reactivación de la refinería de El Palito como una manera de que se estaría tratando de resolver lo que sucede; sin embargo, agregó que “seguimos dependiendo de la importación de Pdvsa, que ya es bastante cuesta arriba”.
Con ello, indicó que existen “altas probabilidades” de que se vean nuevos precios o “esquemas mixtos” lo que conllevaría a tener estaciones se servicios más baratas que otros.
En relación a la población, recordó el caso de Irán, en donde el proceso de ajuste de gasolina se dio relativamente al costo internacional, aunque no descarta, que con esta nueva modalidad, llegue el fin del subsidio. Enfatizó que en algunos sectores el impacto será más fuerte.
En esta perspectiva, el líder de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, denominó que en estos momentos, se debe hablar es del “subsidio regresivo” es decir, “que termina beneficiando a quien más tiene”.
Ante esto, señaló que se podría cobrar la gasolina “a precio full” y luego entregar “el diferencial de costo” a los venezolanos. Pero, habría que evaluarlo, para evitar que esto “sea un mecanismo de exclusión”.
Además de ello, Oliveros comentó que en algún momento se tendrán que dejar la “gasolina barata” y que, en esta coyuntura, algunos factores operativos la ayudan. Sin embargo, destacó que para llevar a cabo esto, se deben establecer normas de combustibles, mediante las siguientes previas, que no están presentes:
Instalaciones de puntos de venta en todas las gasolineras, pero no existen en toda la nación.
Pago en efectivo (bolívares), pero no es suficiente.
Divisas, pero no todos los ciudadanos tienen acceso a una moneda extranjera.
Respecto a la novedad de posibles “bodegones” de gasolina, pronunció que “no es factible” porque el tema de la distribución de combustibles, gandolas y su operatividad se encuentran “en manos de Pdvsa y no del sector privado”.
Con esto, instó a realizar reformas para darle esta llave de acceso al sector privado.
Por su parte, el economista Alexis Aponte, manifestó que a pesar del confinamiento, las personas “se dieron cuenta” de lo vital que es el suministro; por lo que, “están dispuestos a pagar lo que fuese por obtenerlo”, lo que traería varias consecuencias:
El gobierno aprovecharía la coyuntura para sensibilizar estos precios pero sin intervenir directamente.
Permitir la apertura de gasolina con elementos privados, que implica pasar la gasolina al sector privado con divisas extranjeras.
“No es el mejor momento, pero es cierto que hay que hacerlo si queremos tener gasolina”, mencionó.
Detalló que el gobierno venezolano “ahorra” divisas para invertirlas en el gasoil y gasolina, implicando una concesión de gasolineras para su distribución, sin darse cuenta que el gas, no entra en esta condición.
“Con (la refinería) de El Palito, no es suficiente”, añadió, puesto que “no es suficiente” para sostener la demanda de gasolina, es por ello que “se requiere más de 80.000 litros”.
En este sentido, resaltó que hoy en día no se sabe cómo “tener gasolina”, es por eso, que “el gobierno no tiene más salida que recurrir al sector privado para importar gasolina porque” tampoco “tenemos divisas”.
Como resultado, se elevarían los precios. En efecto, si se flexibiliza la iniciativa y se aprovecha, los “bodegones” serían vistos como un “negocio interesante”, dado que “hasta el precio internacional ha bajado por el petróleo”.
El también profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) apuntó que “lo más importante es que el pueblo venezolano pueda disfrutar del combustible”.
“No es fácil, la inflación nos comerá, pero hay que hacerlo. Además, no hay divisas y lamentablemente el país no tiene la capacidad de sufragar la demanda”, mantuvo.
En otras palabras, el especialista Luis Oliveros, sentenció que “ojala “el Estado y la población “entiendan que la gasolina no puede ser regalada”.
A su vez, precisó que se puede aprovechar este acoplamiento para aumentar el costo, “lo cual sería muy buena del punto de vista económico y ambiental”, con esto, se convence de que sí podría ser el fin del bajo valor del suministro.
Argumentó que Venezuela tiene ahorita “la gasolina más cara del mundo” y que si bien el subsidio de la población es de aquellos que poseen un vehículo, por otro lado “todos lo pagan” dado que “el subsidio de la gasolina es inflacionaria” porque el Banco Central de Venezuela (BCV) hasta el informe de 2016 muestra que “inanciaba esa brecha fiscal que estaba teniendo Pdvsa”.
“Es necesario ajustar los precios desde hace mucho tiempo”, subrayó, porque “Pdvsa pierde dinero por vender la gasolina en Venezuela (…) Por lo menos tienen 15 – 16 años perdiendo plata”, lo que ha arrojado que se importe la gasolina “más cara del mundo”, la cual paga con materia “prima por el tema de las sanciones”.
Recalcó que Venezuela es uno de los países que consume más gasolina “en términos per capita” porque no hay ningún tipo de incentivo para ahorrar combustible.
En cuanto a los “bodegones”, duda que esto se realice, porque la venta, importación y comercialización del servicio no es lo mismo que cualquier otro producto como cereales o nutella.
Sin embargo, opinó que la idea de abrir el “negocio petrolero al sector privado no está mal, con tal de que se haga respetando las instituciones, con trasparencia, etc”.
Aseguró que este sería “el paso lógico” porque a Venezuela “le está costando mucho conseguir quien le venda gasolina”.
No obstante, continúo que las preguntas ante la acción será el cómo costearlo en el territorio, si por puntos, en efectivo o si se dolalizaría
Es importante añadir, que debido a la escasez brutal de gasolina, el economista José Toro Hardy, en su artículo en el portal web Analítica, analizó que tras dos décadas de la administración socialista, una alternativa será vender el combustible a precios internacionales, imitando lo conocido como “bodegones”.
De este modo, se deberá tomar en cuenta que el pago del suministro sería en dólares en efectivo o su equivalente en bolívares sin poder utilizar una tarjeta de crédito porque los límites son bajos. La transición será forzosa, por lo que, para calcular su precio será en referencia al mercado internacional.
“En Venezuela siempre está presente el fantasma del famoso Caracazo que se desató en febrero de 1989, en Guarenas, a raíz del incremento de los pasajes atribuidos al aumento de la gasolina. La situación hoy en día es considerablemente peor, aunque quizá sirva de atenuante el hecho de que quienes provocaron aquellas circunstancias salvajes, hoy en día no están en situación de azuzar a la población sino más bien de contenerla. ¡Ironías del destino!” José Toro Hardy. (Venepress)
