Para entender un poco más el escenario político que se desarrolla actualmente en
Venezuela, es oportuno rememorar el episodio de ‘’La Noche de los Cuchillos
Largos’’, el cual tuvo como escena original un lugar de Alemania entre el 30 de junio
y el 1 de julio de 1934, cuando el régimen nazi, dirigido por Adolf Hitler, llevó a cabo
una serie de atropellos y hasta asesinatos de dirigentes políticos que no
simpatizaban con la actuación del dictador.
Guardando la jerarquía y las diferencias, la parodia del evento alemán con la
situación actual de Venezuela, es oportuna; concretamente con lo ocurrido la
noche del 25 de marzo reciente, cuando debía terminar el plazo estipulado para
inscribir a los aspirantes que participarán en la elección del 28J. Esas seis horas
antes y después de la media noche de ese día en Venezuela, hacen historia.
Los madrugonazos o actuaciones de medianoche no son frecuentes en política,
pero ocurren e impactan a las mayorías en razón de su efecto sorpresa. Son
actuaciones que se dan sin que haya explicación acerca de sus motivaciones y sin
importar el daño que causan a la democracia y a la sociedad en general. Los
argumentos para persuadir se dejan a un lado, son inexistentes o sustituidos por la
manipulación de las puñaladas traperas usuales en riñas y trifulcas.
En Alemania el episodio fue de corte criminal, mientras que el de aquí fue una
jornada bochornosa y en evidencia de falsas posiciones personales e
institucionales. Todo se reduce a un escenario donde fluyen la mentira, el
fingimiento, la sospecha, el secretismo, la camorra y la doble cara, y al final, las
puñaladas traperas o traiciones, en un protagonismo en el cual algunos líderes
dicen enfáticamente ‘’que hablan con el corazón en la mano’’.
En ese entorno trascurrieron las últimas horas del plazo para inscribir las
postulaciones de aspirantes a participar en las elecciones del próximo 28J, con la
persistente e injustificada exclusión de María Corina Machado y Corina Yoris, bajo
la disposición de que al gobierno no le da la gana.
Visto así, el escenario queda incompleto porque hay efectos que trascienden
mucho más allá del pobre espectáculo de la noche del 25. Esos efectos se contraen
a la carencia de principios que soportan a la ética y la moral de los protagonistas.
Los dirigentes saben que la política está en desprestigio y aun sabiéndolo continúan
repitiendo las malas prácticas, en detrimento de su propia dignidad y la
responsabilidad social que les corresponde. De modo que la pérdida de esos
valores desacredita cada vez más a las actuaciones. La actuación en la noche de
este 25 de marzo no sirvió para resolver algún problema, pero fue útil para
mancillar aún más el ejercicio de la política.
En medio del espectáculo, no todo puede verse bajo el signo de la resignación y la
desesperanza. Aún queda mucha fortaleza y disposición para seguir avanzando en
la ruta de la democracia verdadera. “Este régimen está acostumbrado a la política
oscura y la tramoya. Nosotros representamos otra forma de hacer política. Por eso
fue que la gente votó el 22 de octubre, por una política sobre la mesa, limpia,
luminosa, de la verdad, llamando las cosas por su nombre, no de chanchullos y de
espaldas al país”, expresa el partido Vente Venezuela en un comunicado reciente.
Pero tampoco se debe seguir pidiendo lo que es imposible; lo que no se puede dar
como respuesta, aunque esa petición esté revestida de alguna ingenuidad. Pedirle
a un gobierno de dictadura que haga elecciones libres y competitivas, es ingenuo e
ilusorio o por lo menos un contrasentido; es como pedirle peras al olmo.
El otro artificio o pedimento concierne a los conceptos de votar y elegir. Pareciera
que tienen igual significado, pero no es verdad. Son conceptos que crean confusión,
aun convertidos en derechos civiles y acción voluntaria. Así ocurre en muchos
países, pero en Venezuela tal situación es de carácter excepcional, debido a la
cantidad de elecciones efectuadas en los últimos veinte años, cuando la realidad
indica que el gobierno usurpa ambos derechos al decidir arbitrariamente quien
puede y quien no puede elegir y votar y sin que la gran mayoría sepa que en verdad
esas cosas ocurren.
“Se puede votar, pero no se puede elegir. Se vota, pero no se elige’’, ha expresado
la Dra y aspirante a candidata presidencial Corina Yoris, mientras que Manuel
Rosales, el aspirante aceptado y elegido por Nicolás Maduro, cree y dice de manera
enfática que sin la anuencia de Miraflores es imposible ser postulado para el acto
del 28J, lo cual equivale a decir que la candidatura de Rosales es producto de esa
arbitrariedad y que Maduro es el elector supremo.
Hoy es Viernes Santo, día de festividad cristiana durante el cual se conmemora la
muerte de Jesús de Nazaret, por consecuencia de la traición de Judas. Hoy y todos
los días en casi todo el mundo también se conmemora el Perdón para disculpar a
quienes han cometido alguna traición o inmoralidad.
