Karol G, curvas, K-Pop y el gesto épico de una ángel con un pie roto. Este miércoles 15 de octubre, el Brooklyn Navy Yard, en Nueva York, se convirtió en el epicentro de la moda, marcando el segundo espectáculo del Victoria’s Secret Fashion Show tras su hiato de 2018 a 2024.
El evento, más que un desfile más de lencería, fue concebido como la declaración de intenciones de una marca que buscó reescribir su historia bajo el lema de la diversidad. De nuevo, pero esta vez, más en serio.
La velada comenzó con la tradicional alfombra rosa, por donde desfilaron celebridades como Sarah Jessica Parker, Jodie Turner-Smith y Chloë Sevigny. Sin embargo, la expectación se mezcló con la impaciencia.
El show, programado para las 7:00 pm (hora local), sufrió un retraso de quince minutos. Y sí, ese lapso de tiempo, aunque pequeño, fue la minúscula ventana que incendió las redes sociales con comentarios que oscilaron entre la frustración y la ironía sobre los posibles contratiempos del backstage.
Un himno global de poder femenino
Pasada la incomodidad, el espectáculo musical se diseñó como un despliegue de diferentes géneros.
La cantante Madison Beer inauguró el evento con una actuación elegante. Pero el momento de mayor trascendencia lo protagonizó Karol G: ataviada con unas imponentes alas rojas, la artista colombiana interpretó su éxito «Latina Forever».
Con este despliegue, la «Bichota» se consolidó como la primera artista de su país en pisar la icónica pasarela de la marca. Su presencia catalizó un aumento significativo de las visualizaciones en Latinoamérica, reflejando el fervor de los seguidores de su música.
Un regreso épico y el espíritu de sacrificio
El desfile rindió un tributo a su legado con el retorno de las «ángeles» históricas: Adriana Lima, Alessandra Ambrosio, Candice Swanepoel, Irina Shayk y las hermanas Gigi y Bella Hadid, quienes demostraron que su espíritu se mantuvo intacto.
Dos momentos de coraje físico acapararon los titulares. La modelo Jasmine Tookes abrió el desfile embarazada, luciendo una pieza dorada semitransparente, un gesto interpretado como un poderoso mensaje de empoderamiento y normalización de la maternidad.
Paralelamente, Barbara Palvin desfiló a pesar de haber sufrido una fractura en el pie semanas antes, un acto que simbolizó un compromiso inquebrantable con el espectáculo.
Diversidad: ¿transformación o táctica?
La pasarela fue una plataforma para la nueva visión inclusiva de la marca. Valentina Castro hizo historia como la primera modelo afrocolombiana en desfilar, brillando en la sección de la línea juvenil Pink.
El elenco de debutantes incluyó a la estrella del baloncesto Angel Reese, la actriz Barbie Ferreira y la modelo transgénero Alex Consani.
La presencia de modelos como Paloma Elsesser, Ashley Graham y Yumi Nu—quienes impulsaron la apertura hacia la talla grande y los cuerpos diversos— subrayó el cambio de paradigma de Victoria’s Secret.
La marca, en esta nueva era, camina sobre una cuerda floja entre el legado y la reinvención. (Agencias)











