El temor a la separación familiar, una angustia que ya ha marcado la vida de otras migrantes venezolanas, ha llevado a *María, una mujer con siete meses de embarazo, a tomar la difícil decisión de regresar voluntariamente a Venezuela desde Estados Unidos.
La incertidumbre migratoria y el miedo a que las autoridades estadounidenses le arrebaten a su hijo tras una posible deportación la han hecho renunciar a la esperanza de un futuro mejor en suelo americano, tal como ocurrió con Yorelys Bernal, cuya separación de su hija por el gobierno estadounidense generó indignación.
«Aquí me siento súper sola, necesito estar con mis hijos», expresó entre lágrimas María al medio Telemundo. La venezolana, quien en su travesía hacia Estados Unidos desafió la peligrosa selva del Darién impulsada por la ilusión de una vida digna para sus dos hijos en Valera, ve hoy su sueño desvanecerse en medio de la angustia.
La constante incertidumbre sobre su estatus migratorio, la escasez de recursos económicos y el miedo latente a ser separada de su bebé la han sumido en una profunda desesperación. «Tengo miedo de dar a luz y que cuando me quiera irme, lo puedan quitar acá», confesó.
Sin el apoyo de su familia ni ingresos estables, María enfrenta una realidad hostil donde su estado de embarazo le impide trabajar y ha sido motivo de rechazo en diversos lugares. «Estoy desesperada. Siento que me estoy consumiendo. No me quiero enfermar», repitió con angustia durante una breve conversación marcada por el llanto.
Otra venezolana niega acusaciones de EEUU
La decisión de María resuena con la reciente experiencia de Yorelys Bernal, la madre venezolana separada de su hija por el gobierno de Estados Unidos, quien rechazó categóricamente las acusaciones emitidas por las autoridades estadounidenses como justificación para la separación familiar.
«Es falso todo lo que están diciendo. Están tapando el secuestro de mi hija con esas acusaciones para hacer pensar que soy una mala madre, pero eso es mentira, aquí estoy», declaró Bernal el pasado jueves 1 de mayo.
Las declaraciones de Bernal se produjeron después de que el Departamento de Seguridad Nacional de EE UU (DHS) afirmara que tanto ella como el padre de la bebé tienen vínculos con la organización criminal Tren de Aragua. «Que me muestren las pruebas, entonces, que me las muestren de que yo soy una delincuente», enfatizó Bernal.
Bernal manifestó que las autoridades estadounidenses la vincularon a ella y a su pareja con el Tren de Aragua basándose en sus tatuajes, asegurando que estos solo representan las fechas de nacimiento de su familia.
***Nombre ficticio por seguridad (EN)