La creciente demanda de turismo interno en Venezuela ha impulsado una oportunidad significativa en el sector del transporte público ya que los fines de semana un número cada vez mayor de unidades, especialmente los versátiles minibuses de 32 pasajeros, se suman a las rutas que conectan Caracas con las zonas costeras y de montaña, ofreciendo una alternativa accesible y cómoda para disfrutar de destinos turísticos en corto tiempo.
Los minibuses, conocidos por su durabilidad y capacidad de adaptación a las diversas condiciones geográficas del país, han demostrado ser una pieza clave en esta expansión del turismo terrestre. Su capacidad permite a las operadoras ofrecer servicios eficientes y rentables, al tiempo que garantizan un buen nivel de confort para los viajeros. Además, su versatilidad los hace ideales para cubrir rutas tanto urbanas como interurbanas, facilitando la conexión en pocas horas.
El papel del Instituto Nacional de Transporte Terrestre (INTT) ha sido fundamental en este proceso, ya que a través de la regulación y la supervisión, se garantiza que los servicios se presten de manera segura y eficiente. La institución ha implementado una serie de medidas para mejorar la calidad, como la inspección técnica vehicular, la capacitación de conductores y la fiscalización de las rutas desde el propio peaje de Tazón.
Nuevas rutas y oportunidades
Cerrando el mes de octubre los servidores públicos del Instituto Nacional de Transporte Terrestre se desplegaron, junto a otras instituciones del Gobierno Bolivariano, en las adyacencias del peaje para supervisar que las unidades de transporte público que prestan servicio turístico, fuera de su ruta habitual, cumplan con los permisos establecidos.
La supervisión estuvo liderada por el presidente del INTT, Luis Ignacio Granko Arteaga, quien instó a los conductores a gestionar de manera responsable la Habilitación Fuera de Ruta ante la institución, para garantizar una óptima prestación del servicio para los fines de semana.
Esta expansión del transporte público hacia los destinos turísticos tiene un impacto positivo en varios aspectos. En primer lugar, democratiza el acceso a los lugares de recreación, permitiendo que un mayor número de personas, en especial aquellas que no cuentan con vehículo propio, puedan disfrutar en corto tiempo de playas, montañas y otros atractivos naturales del país.
En segundo lugar, estimula la economía local, ya que los turistas que llegan en transporte público suelen consumir en restaurantes, comercios y los servicios turísticos de las zonas visitadas, generando ingresos para los habitantes de esas comunidades.
En el caso específico del estado Aragua, playas como las que están en Choroní se han convertido en destinos muy populares entre los caraqueños y habitantes de otras ciudades cercanas.
“El tema es el confort. Aunque es en minibús, se suele ofrecer un viaje de calidad para los pasajeros, con asientos cómodos y aire acondicionado”, explica Irma Niño, turista de Caracas.
El disfrute es cerca de casa y en familia
Las nuevas empresas y operadores turísticos terrestres, muchos de ellos familiares, han sabido aprovechar el potencial de las rutas cortas, ofreciendo paquetes turísticos que incluyen transporte, alojamiento y alimentación, facilitando así la planificación de los viajes y garantizando una experiencia completa a los turistas.
La incorporación de servicios de transporte público hacia las zonas costeras y de montaña representa un avance del turismo interno en Venezuela y los minibuses han demostrado ser una herramienta fundamental para conectar a los viajeros con atractivos destinos turísticos que están a pocas horas.
La iniciativa no solo beneficia a los turistas, sino también a las comunidades locales, al generar empleo y dinamizar la economía. Los propietarios de unidades se suman en la logística y aprenden también cómo estructurar viajes.
“Estas playas ofrecen una amplia gama de actividades recreativas, desde el baño y el sol hasta el senderismo”, destaca José Gómez, un turista que ha hecho viajes recurrentes con operadoras de turismo terrestre. “Los choferes son atentos y amigables y se suman a la buena energía del viaje”, explica. (EU)