El gobierno venezolano instaló, este lunes, una mesa de diálogo con una minoría opositora sin participarle nada a Noruega, reino que auspiciaba las negociaciones formales entre el antichavismo y el Gobierno. Así lo confirmó Gerardo Blyde, uno de los delegados enviados por Juan Guaidó para formar parte del contacto con el oficialismo.
Opositores y oficialistas venezolanos mantenían reuniones, en los últimos meses, con el gobierno de Noruega para intentar concretar una salida pacífica a la crisis económica y política, en medio de un conflicto de poderes. Sin embargo, el diálogo se estancó.
“Hay mala fe de Maduro. Estaba jugando en dos tableros. Tras bastidores montaba otra opción cuando esta se le puso muy difícil”, afirmó Blyde.
“Los noruegos no sabían nada de lo que pasó. Estuvieron el fin de semana y cuando se fueron se presentó la propuesta”, destacó uno de los negociadores del equipo de Juan Guaidó.
Blyde indicó que los representantes de Maduro dejaron de acudir a los encuentros en agosto, justo cuando al Gobierno le tocaba tomar decisiones sobre un pacto integral.
El gobierno venezolano acordó, este lunes, iniciar un nuevo debate con delegados de cuatro partidos opositores minoritarios, sin mediación internacional, y buscando acuerdos parciales.
Horas después de haber realizado este anuncio, Maduro sugirió la posibilidad de retomar, en simultáneo, el mecanismo de Oslo.
La propuesta de la oposición consistía en instalar un consejo de Gobierno de transición de nueve miembros. Uno de ellos independiente y también algún funcionario castrense. Este consejo sería el responsable de convocar comicios presidenciales en los siguientes nueve meses. Pero, según las declaraciones de Blyde, los delegados de Maduro se quedaron sin respuesta.
Asimismo, el bloque opositor explicó que la oferta englobaba que el consejo designara nuevas autoridades electorales antes de llamar a elecciones. En la misma medida en la que se fueran cumpliendo los acuerdos, las sanciones serían levantadas poco a poco. Tal como lo exigía el gobierno de Maduro.
A su juicio, la nueva mesa de diálogo nacional no avanzará en una salida a la crisis, ya que Estados Unidos, Europa y Canadá, que han puesto las sanciones al Estado, reconocen a Juan Guaidó como presidente encargado y no al grupo minoritario que forma parte de las conversaciones paralelas.
“(La negociación mediada por Oslo) volverá pero en las peores condiciones para los venezolanos y con menos tiempo, y quizás con más presión internacional e interna. Es una inmensa responsabilidad de Maduro haberse parado de la mesa”, aseveró.(Venepress)