Los periodistas Nicholas Casey y Clifford Kraus publicaron un artículo en el New York Times, en el que exponen el deterioro de la industria petrolera en Venezuela, es una de las consecuencias que dejó las crisis económicas y malas políticas administrativas en los últimos periodos de los gobiernos.
Tal es el caso de la producción en el campo petrolero de El Furrial, en Monagas, perteneciente a la estatal Pdvsa. La planta llegó a producir hasta 453.000 barriles diarios, pero recientemente los trabajadores denunciaron una fuga de petróleo que afecta directamente las ventas.
A continuación el artículo completo:
Una plataforma petrolera estuvo inactiva durante semanas porque le faltaba una pieza. Otra fue desvalijada por bandas armadas que se llevaron todo lo que pudieron. Muchos trabajadores petroleros dicen que cobran tan poco que apenas pueden comer y tienen que vigilarse mutuamente por si se desmayan mientras están en lo alto de las torres.
La industria petrolera de Venezuela, cuyos enormes ingresos alimentaron la gran mayoría de los planes gubernamentales, desde los complejos habitacionales hasta la educación, ahora se encuentra en un espiral de caos. Para colmo de males el gobierno venezolano ha tenido que recurrir a Estados Unidos, su némesis, en busca de ayuda.
“Le dicen el imperio”, dijo Luis Centeno, un dirigente sindical de los trabajadores petroleros que se refería al término usado por los funcionarios estatales para hablar de Estados Unidos. “Y, sin embargo, le siguen comprando petróleo”.
El declive de la industria petrolera es uno de los síntomas más graves de la crisis económica de Venezuela. El petróleo representa la mitad de los ingresos del gobierno, un aporte que el expresidente Hugo Chávez calificaba como el “instrumento de desarrollo nacional”. La petrolera estatal invirtió sus ganancias, más de 250 mil millones de dólares desde 2001 hasta 2015, en diversos programas sociales como la importación de alimentos.
Pero esos beneficios se han evaporado debido a la mala administración y a la caída de los precios del petróleo en los últimos dos años. Ahora, los envíos de crudo subvencionado a países aliados como Cuba están disminuyendo lentamente. Varios ejecutivos petroleros sostienen que eso ha obligado a que La Habana mire hacia Rusia en busca de petróleo barato.
Para Chávez y su sucesor, el presidente Nicolás Maduro, la riqueza petrolera de Venezuela ha sido esencial para la identidad y la soberanía de la nación porque representa el poder financiero que potencia sus ambiciones regionales y su rabioso desafío a Estados Unidos.
Estados Unidos siempre ha sido un enorme mercado para el petróleo venezolano. Pero con la crisis de Pdvsa, la petrolera estatal de Venezuela, el gobierno tuvo que iniciar la importación de petróleo estadounidense.
A principios de este año, Estados Unidos comenzó a enviar más de 50.000 barriles diarios de crudo liviano para que Venezuela pueda preparar su propio crudo de exportación, con lo que “el imperio” se unió al grupo de proveedores que se han vuelto vitales para mantener la industria petrolera del país.
Sin embargo, Pdvsa lucha para poder pagar el petróleo extranjero. Algunos camiones cisterna esperan en el puerto hasta dos semanas para poder cobrar, y a veces se retiran debido a la falta de pago, dijo un ejecutivo que pidió mantener el anonimato para evitar las represalias del gobierno.
Esas son algunas de las razones de la caída de la producción petrolera que se ubica en 2,4 millones de barriles diarios, una baja de 350.000 barriles en comparación con la producción del año pasado. Eso es casi un millón de barriles por debajo de lo que se producía en 1998, cuando Chávez asumió el poder.
Venezuela sufre por la escasez de alimentos como el maíz y el arroz, que en el pasado reciente se importaban fácilmente debido a los enormes ingresos de la estatal petrolera. Medicamentos esenciales como los antibióticos han desaparecido. Los expertos pronostican que la economía se contraerá en un 10 por ciento para fines de 2016 y la inflación ya ascendió a cifras de tres dígitos.
El precio del pan se duplica de un mes a otro. En muchos lugares la pieza de pan llega a costar unos 50 centavos de dólar, en un momento en que los trabajadores petroleros dicen que ganan menos de un dólar al día por la inflación.
“Prácticamente trabajamos gratis”, dijo Pedro Velásquez, un supervisor de un yacimiento de petróleo ubicado en la localidad de Punta de Mata. Todo el dinero que el gobierno puede reunir para hacer reparaciones improvisadas en sus campos de petróleo y plantas de refinamiento ahora escasea.
Con la petrolera estatal endeudada, dos tercios de sus exportaciones están destinadas a pagar los préstamos chinos y otras deudas. Por eso la empresa se está quedando sin recursos para pagarle a los técnicos, tanto internacionales como nacionales.
“El declive se está acelerando, y seguirá ocurriendo”, dijo Lisa Viscidi, una experta en energía del Inter-American Dialogue, un instituto de investigación ubicado en Washington. “Las condiciones empeoran cada vez más; hay mucho menos dinero para invertir”.
Los operadores internacionales están preocupados porque la debacle de Pdvsa podría sacudir al mercado global afectando los ciclos de oferta. Los expertos señalan que cuando sucedió el paro petrolero de Venezuela a finales de 2002 y principios de 2003, los precios mundiales subieron más del 30 por ciento, dando inicio a la primera de una serie de crisis internacionales que marcaron la escalada de la cotización del crudo.
Venezuela ha perdido importancia en el mercado energético internacional, pero sus exportaciones todavía representan aproximadamente 2% de la producción mundial. Esto significa que una grave disminución de las exportaciones de crudo venezolano, sobre todo si coincide con alguna crisis en Nigeria o en Irak, podría afectar al mercado y hacer que vuelvan a subir los precios del petróleo.