El Barcelona se clásificó para los cuartos de final de la Copa del rey después de derrotar al Athletic por 3-1. Un golazo de Messi en el minuto 77 decantó una eliminatoria muy igualada, muy sufrida pero con final feliz.
La primera parte se cerró mejor de lo que se pensaba visto los primeros minutos del Barcelona. Al equipo azulgrana le costó entrar en juego, quizá porque le costó triangular en el centro del campo y porque abusó del balón en largo buscando la espalda de los defensores del Athletic.
En este segundo apartado, el equipo hubiera podido tener más rédito de no ser por los errores constantes de Gil Manzano y, principalmente, de su juez de línea que erraron casi siempre en los fueras de juego. Especialmente grave fue el señalado a Neymar en el minuto 26 de partido cuando el brasileño en posición correcta cedía a Luis Suárez que anotaba. Un gol mal anulado que hubiera podido cambiar el signo del encuentro.
Sin toque en la zona ancha -solo Messi (grande) e Iniesta– buscaban la combinación. El objetivo era mantener a los rojiblancos en su zona de campo y que se olvidasen de atacar a Cillessen. Este punto se logró como demuestra que el Athletic no disparó ninguna vez a la portería del Barcelona.
Pero por contra el Barcelona apenas si tuvo ocasiones. De hecho, los barcelonistas solo dispararon en tres ocasiones a la portería de Iraizoz, dos en falta directa de Leo Messi que salieron ligeramente desviados y el otro el magnífico gol de Suárez. Una jugada creada y culminada por el tridente. La inició Leo Messi que en un palmo de terreno controló un balón y lo cedió para Neymar que desde la izquierda centró al segundo palo y el uruguayo remató de forma acrobática al fondo de la red. Era el 1-0 y ponía la eliminatoria a su favor.