Más de 30.000 personas han cruzado la frontera hacia Siria huyendo del conflicto que se ha desatado en Líbano, siendo por el momento la mayoría de estos sirios que huyeron del conflicto armado en su propio país, dijo este viernes la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), presente en los cruces fronterizos.
Varios pasos están siendo abiertos 24 horas al día para permitir el paso de sirios y libaneses, a quienes se está dejando entrar a Siria por un periodo indeterminado y sin presentar los documentos que se les solicita habitualmente
El representante de Acnur en Siria, Gonzalo Vargas Llosa, quien se ha trasladado a la frontera, dijo por videollamada que la mitad de todos los que están llegando son niños y el segundo grupo más numeroso son las mujeres.
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En términos de nacionalidad, por el momento 80% de los que están llegando a Siria son sirios y el resto libaneses.
Vargas Llosa recalcó que sirios y libaneses han tenido que hacer frente a «una decisión increíblemente difícil» antes de dirigirse a la frontera porque saben que llegan a un país en profunda crisis y con la economía colapsada como resultado de trece años de conflicto armado interno.
Entre los que llegan también hay muchos heridos, dijo el representante de Acnur, quien fue testigo de la llegada de una mujer que llevaba a sus dos hijos muertos para enterrarlos en el Líbano.
Vargas Llosa destacó la generosidad que está mostrando en estas circunstancias el Gobierno sirio, que es el que está liderando la respuesta humanitaria en colaboración con la Media Luna Roja siria y Acnur, organización que ya ha perdido en los bombardeos de Israel sobre el Líbano a dos trabajadores y a miembros de sus familias.
A su llegada, libaneses y sirios reciben ayuda de primera necesidad, incluidos alimentos, agua, artículos de abrigo y son enviados a algunos de los centros de acogida que se han instalado. (EFE)