El 2024 de María Corina Machado partió con la inhabilitación para competir contra Nicolás Maduro por la presidencia de Venezuela que la justicia, leal al chavismo, decretó en enero. Luego, la líder opositora escogió a una sucesora, que también fue proscrita. Entonces eligió a un tercer aspirante, Edmundo González Urrutia, quien compitió en las elecciones del 28 de julio. Ese día —sin todavía presentar pruebas—, el oficialismo declaró ganador a Maduro, con 52% de los votos. La oposición y gran parte de la comunidad internacional denunciaron un fraude. Machado mostró un conteo propio en base a las actas de mesas recolectadas por voluntarios, que dio 67% para González. Hubo protestas. El chavismo las reprimió. En agosto, Machado pasó a la clandestinidad; en septiembre, González se asiló en España. El desenlace del siguiente hito se escribe en estos momentos.
¿Cuáles son los escenarios que avisora María Corina Machado?
Machado apela a las fuerzas del orden para evitar posibles escenarios de violencia si Maduro se mantiene en el poder: “Las armas de fuego las tiene el régimen. Yo confío en que nuestras Fuerzas Armadas y las policías venezolanas no van a disparar en contra del pueblo”.
La exdiputada une su pedido a los soldados con el liderazgo debilitado de Maduro. “El Maduro de hoy no es el mismo que el del 28 de julio. Hoy está muchísimo más débil, absolutamente aislado, es un paria internacional, acusado de cometer crímenes de lesa humanidad y de prácticas de terrorismo de Estado. Tienes una coalición internacional que trasciende lo ideológico y que va desde un Gabriel Boric hasta un Javier Milei, solo en América Latina. Vemos cómo Venezuela es el tema de apoyo bipartidista en los Estados Unidos, y que tiene el consenso de los 27 países europeos. Es muy difícil conseguir unas causas así hoy, y Venezuela lo es”. “Entonces, el Maduro de hoy es un Maduro absolutamente frágil, enfrentado contra sí mismo”, dice la líder opositora.
Con la vista puesta en la Casa Blanca
En Estados Unidos, el gobierno saliente de Joe Biden reconoció a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, y la oposición a Maduro espera que la presión aumente cuando Donald Trump llegue a la Casa Blanca, el 20 de enero. El republicano ya envió una señal con la nominación del senador cubano-estadounidense Marco Rubio como secretario de Estado. “Lo que está pasando en Estados Unidos es muy alentador para los venezolanos”, dice Machado, y destaca que “Marco Rubio ha sido el gran defensor de la causa cubana, nicaragüense y venezolana en el Congreso de los Estados Unidos”.
“Para el régimen es una señal inequívoca. Deben estar muy preocupados por lo que será la creciente presión de todos los gobiernos democráticos en los días que vienen”, dice Machado, y remarca el deadline del chavismo: “Tiene de aquí al 10 de enero para avanzar en unos términos de negociación que hemos ofrecido. Hemos hablado de dar garantías, seguridades, incentivos. Por lo tanto, aquí hay dos escenarios. El 10 de enero se juramenta Edmundo González Urrutia como presidente constitucional y ganamos todos los países de América Latina, de Occidente, incluso aquellos que hoy apoyan a Maduro porque podrían avanzar en un proceso de transición ordenada, con mejores beneficios, o Maduro se niega y se aferra violentamente al poder, y vendrá un período mucho más difícil para él, donde los términos de negociación serían muchísimo menos favorables”.