El secretario fue claro en decir que las sanciones estadounidenses se dirigen al mandatario colombiano, su familia y sus principales colaboradores.
Resaltó que Estados Unidos siempre ha tenido “una excelente relación” con el pueblo colombiano y con muchas de las instituciones colombianas.
“Nuestras relaciones con el pueblo colombiano, el sector económico colombiano, la mayoría de los políticos colombianos y sus instituciones, en particular las de defensa, son sólidas y duraderas, y seguirán siendo … mucho después de que este individuo deje de ser presidente”, insistió el jefe de la diplomacia estadounidense.
Este viernes el Departamento del Tesoro anunció la inclusión de Petro, su esposa Verónica Alcocer, su hijo Nicolás Petro y el ministro del Interior, Armando Benedetti, en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, en inglés) conocida como Lista Clinton por presuntos vínculos con el narcotráfico.
La sanción se suma a la anunciada la semana pasada por el presidente estadounidense, Donald Trump, que llamó a Petro «líder del narcotráfico» y anunció la suspensión de ayuda económica al país suramericano por su supuesta inacción en la lucha contra el narcotráfico.
En septiembre, Estados Unidos retiró a Colombia de la lista de países que en el último año combatieron el tráfico de drogas y revocó la visa de Petro, después que este supuestamente convocara a los soldados estadounidenses a desobedecer a Trump.
Rubio dijo no estar preocupado de que las sanciones contra Petro puedan elevar el apoyo del electorado colombiano a la izquierda, justo cuando el país se prepara para elegir un nuevo presidente en 2026.
Tensiones entre Estados Unidos y Colombia
El secretario insistió que Estados Unidos no quiere perjudicar la economía colombiana, y explicó que el presidente Trump, quien toma la decisión final de imponer los aranceles, conocía las opciones disponibles y optó por las sanciones directas a Petro y su círculo cercano.
Las declaraciones se dan justo cuando Estados Unidos ha aumentado los ataques contra embarcaciones en aguas del Caribe y del Pacífico, en una nueva etapa de su guerra contra las drogas, que ya dejan 10 embarcaciones hundidas y 43 muertos, según las propias cifras del Ejército estadounidense.
El aumento de tensiones empezó en agosto con el despliegue de buques del Ejército estadounidense en el Caribe y con Venezuela en el punto de mira, pero ya se ha extendido a aguas del Pacífico involucrando a Colombia.








