Los detuvieron días después del cacerolazo con el que los vecinos de Villa Rosa recibieron al presidente de la República, Nicolás Maduro; con pruebas que sus familiares han denunciado como sembradas y los han sometido a aislamientos prolongados.
Y como si fuese poco, los trasladaron a una de las cárceles más peligrosas de Venezuela: el Centro Penitenciario de Oriente, en El Dorado, al sur del estado Bolívar, antes del comienzo de la Cumbre del Movimiento de Países No Alineados.
Allí están, junto con otro 60 presos que estaban en Margarita, al menos cinco personas que la Guardia Nacional detuvo en Villa Rosa, Porlamar. No fue el propio día del cacerolazo (viernes 2 de septiembre, cuando hubo 20 apresados y todos fueron liberados a cuenta gotas, según reportó el Foro Penal Venezolano, salvo el director del portal Reporte Confidencial, Braulio Jatar, quien no estaba en el cacerolazo pero sí fue uno de los primeros en difundir el video sobre lo ocurrido), sino a los días.
La detención fue el martes 6 de septiembre. Según el jefe de la Guardia Nacional en Nueva Esparta, Aquilino Mata, los señalados tenían 10 bombas caseras, diez cauchos y dos envases con gasolina.
En los días siguientes, varios de los familiares denunciaron que a los detenidos los incomunicaron y aseguraron, además, que procederían legalmente para denunciar que las pruebas fueron sembradas.
Además de los 60 trasladados hasta El Dorado, también hay 80 presos de Margarita en el Internado Judicial de Ciudad Bolívar, en Vista Hermosa. Los 140 están ahora en dos centros donde las extorsiones, los asesinatos y los pranes son rutina.