Es fecha de solsticio y en el oriente Venezolano se escucha un trueno que recorre toda la costa del Caribe, es la señal de apertura de los cielos por donde descenderán “Los Dioses del Turimiquire” con las semillas ancestrales para el pueblo del gran Cumanagoto; ají, maíz cariaco, yuca, ñame, ocumo, quinchoncho, frijol, tabaco, cacao, tupiro, onoto y copuazú, son las ofrendas para la tierra del macizo guardián de rojizos atardeceres.
Así comienza la leyenda de los dioses de la serranía del Turimiquire en el municipio Montes del estado Sucre, donde unos seres celestiales, durante milenios se han encontrado con los pobladores del macizo para realizar la entrega del conocimiento mediante la donación de las semillas originarias de nuestra siembra conuquera que se distribuyó por toda la Amazonía.
Por ello el oriente venezolano es el centro de origen de los “Tapiramos”, coloridos granos que dieron nombre a Cumanacoa, del cumanagoto; “tierra de frijoles”. Teniendo al Turimiquire, como la sede del “Trono de los Dioses” guardián de las aguas que nacen en el enorme macizo, centro magnético y espiritual de pueblos ancestrales.
Para el rescate de las semillas originarias, debemos partir de lo realmente nuestro, somos hijas e hijos de las raíces y tubérculos, además de una gran variedad de especies leguminosas, frutales y hortalizas, esas que los dioses del Turimiquire trajeron desde los confines del universo, cada 21 de Junio y Diciembre.
“La diosa del cacao llenó las tinajas con mieles de yuca y frutos de ají, iniciando así, la mágica mezcla del cachirí”, tributo para el Arcoíris de Mundos.
Egidio Romano Dorante.
Diario Últimas Noticias año 2016.