Gustavo Montaña
En un hecho que asoma esperanza para jueces en el sistema venezolana y para la gente, la noche de este jueves, tras la audiencia de presentación, que se inició cerca de las 5:00 de la tarde, le fue otorgada libertad plena al odontólogo y cirujano maxilofacial Williams Arrieta, detenido el miércoles con una brutal paliza policial en una cola por gasolina en Puerto Ordaz. Además se supo que este viernes los policías nacionales de tránsito responsables de la agresión serán presentados en tribunales.
Brutalidad policial y abuso
El caso que generó gran revuelo en la ciudad y hasta trascendió a nivel nacional se dio cuando luego de surtir su carro de combustible, tras horas de cola, el profesional de la salud – reconocido Defensor y activista de los Derechos Humanos-, se dio cuenta de irregularidades en la distribución de gasolina y teléfono en mano fue a documentarlas, tras lo cual una funcionaria femenina de la policía nacional de tránsito intentó violentamente arrebatarle su celular a lo que se opuso el odontólogo corriendo tratando de escapar de la agresión y sin tocar a la funcionaria.
De inmediato se dijo que habia golpeado a la policía y un grupo de uniformados lo persiguió hasta alcanzarlo en la zona y allí mismo le propinó una golpiza ante los ojos de decenas de testigos que incluso grabaron la agresión, aunque extrañamante nunca intervinieron en su defensa, en el ataque policial incluso la esposa de Arrieta recibió golpes leves y al final ambos fueron detenidos y trasladados al comando de dicho cuerpo en Guaiparo.
Luego del arresto, familiares y amigos del odontólogo denunciaron que funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana le propinaron una golpiza y los videos cundieron en las redes sociales propiciando un repudio general del hecho, mientras en la policía se levantaba un expediente y se le acusaba de incitación al odio, resistencia a la autoridad y agresión a funcionaria policial. Previamente al llegar al comando le habían propinado otra golpiza al profesional de la salud, en la cual participó hasta el jefe del comando, quien hasta le asfixio en medio de la agresión.
Documentación del abuso y denuncia temprana
Amigos, abogados y familiares se hicieron presentes en el lugar y hasta la diputada Yuretzi Idrogo, quien ingreso al comando usando su inmunidad parlamentaria y documentó las agresiones contra Arrieta, publicando fotos que se volvieron virales e iniciando la denuncia contra los funcionarios policiales, pues además de Asambleista es abogado y defensor de derechos humanos, que incluso laboró hace un tiempo con el Foro Penal guayanés y exigió la presencia de un Fiscal de Derechos Fundamentales y dejar constancia en el acta de la agresión contra el detenido.
En el sitio se presentó la fiscal 11 del Ministerio Público quien inicialmente se puso de parte de los uniformados, procediendo a instruir el expediente, aunque escuchó las afirmaciones de la diputada. Luego se permitió el paso a los abogados defensores encabezados por Carlos Medina, quienes exigieron llevar al detenido a un centro asistencial, siendo traslado a un CDI donde se practicó en 10 minutos un estudio incompleto.
A todas estas ya la presión de diversos sectores, incluso del propio gobierno se estaba haciendo sentir y a pesar de estar privado de libertad el apoyo comenzó a llegar y en horas de la noche fue trasladado a la clínica Humana en San Félix, donde le diagnosticaron traumatismo craneoencefálico, traumatismo toraxicoabdominal, hematrosis de la articulación temporomandibular izquierda, fractura de costilla, fisura nasal y politraumatismo.
Con ese diagnóstico finalmente el jueves fue presentado ante los tribunales guayaneses, donde la juez de caso – tras un largo día de espera para la gente que se hizo presente en el Palacio de Justicio acompañando al profesional de la salud -, actuando apegada a derecho y en defensa del ciudadano, falló decretando la libertad plena del odontólogo, mientras que el Ministerio público dictó la orden de captura contra los funcionarios involucrados en el hecho, al tiempo que concedió la medida de protección para Arrieta y su familia que exigió la defensa.
Tribunales y Ministerio Público actuaron como debían
Este abuso de autoridad, atropello a los derechos humanos e irregularidad registrada en el calvario cotidiano de surtir de gasolina en el país tuvo – afortunadamente- un buen desenlace a pesar de la golpiza y lesiones que sufrió Williams Arrieta, pues por tratarse de alguien reconocido en la ciudad se le dio relevancia a un caso de abuso policial donde la justicia venezolana – tantas veces cuestionada-, por una vez salió bien parada, y hasta el propio Ministerio Público que comenzó actuando como apremiaba la policía nacional de tránsito, al final cumplió lo que debe ser su cometido, ser garante de la justicia, y de oficio antes de cualquier denuncia formal por parte de los afectados, procedió a actuar contra los policías implicados.
La salida de Williams Arrieta del palacio de justicia con una medida de libertad plena, fue una celebración para quienes estaban esperándole, para una región y un país donde con frecuencia este término está ausente de las decisiones oficiales y sus primeras palabras hablaron de lo que ha sido siempre su marca como activista por los Derechos Humanos y la democraia, habló de perdón, de olvidar rencores, pero habló de rechazar el odio, el resentimiento y el miedo, validando la importancia del accionar ciudadano en defensa de los derechos de todos, aplaudiendo el accionar de la justicia.
Habló de la solidaridad entre los detenidos, destacando que tras las rejas todo el mundo es igual y solo pudo evidenciar la solidaridad de los otros detenidos, destacando que el país debe tener fé, que el camino es el perdón y la solidaridad ante las injusticias, llamando a todos a no tener miedo. Además hizo un llamado a los funcionarios militares y policiales a no confundir la solidaridad con complicidad.
Queda esperar que esta lección quede en la sociedad guayanesa y venezolana, esa misma que vio sin intervenir la agresión, pero también esa que salió a ofrecer su apoyo al detenido, a declarar si eran requeridos, que documentó la violencia del hecho y que denunció el abuso policial.