Triunfó Javier Milei en las recientes elecciones presidenciales en Argentina. Diputado de La Libertad Avanza. Un hombre que se autodenomina liberal libertario, un ultraderechista ( según la terminología argentina). Un outsider que en dos años realizó una campaña henchida de promesas muy difíciles de cumplir en virtud de que muchas de ellas requerirán del apoyo de las otras fuerzas políticas en un Congreso cuya mayoría es peronista y podrían dar al traste con las radicales medidas que el nuevo presidente estaría dispuesto a implementar. En consecuencia, las ideas de Milei orientadas a la reconstrucción de Argentina, el fin de la decadencia de la nación, el final del Estado omnipotente, la libertad de comercio, la participación o nula acción del Estado en la economía, la caída del kirchnerismo, la modificación de la memoria histórica de los años de la dictadura militar y la transformación del país para que a mediano plazo se convierta en potencia mundial, encontrarán un camino muy escabroso. A partir del 10 de diciembre Milei debería aprender que para llevar adelante su gobierno, la negociación política debería prevalecer sobre la acción económica y percatarse que si bien recibió un enorme caudal de votos, desde el punto de vista institucional muestra una debilidad preocupante.
Sergio Massa, el candidato oficialista, quedó fuera de la contienda electoral. Durante la campaña, su dualidad de funciones como ministro de economía y candidato a la presidencia simultáneamente, no llegó a ser asimilada por el ciudadano argentino. Difícil fue comprender que Massa, quien tuvo la responsabilidad de estar al frente del sector económico en el gobierno de Alberto Fernández permitiendo una crisis en el país de proporciones inmensurables, no se desprendiera del cargo para dedicarse exclusivamente a la campaña, pese a que con mucha habilidad trato de desvincularse del gobierno para hacerle ver al pueblo argentino que su propuesta en el ámbito económico era diferente. Difícil fue para Massa, luego de contemporizar con Alberto y Cristina durante todo el periodo constitucional, venderle a la sociedad argentina una imagen distinta y unas metas que no se lograron durante su mandato. Muy difícil fue para el candidato del oficialismo disolver una conexión que existió con el presidente y la vice, dejando una nación cuya paz social ha sido pagada por una fuerte matriz de subsidios presionando aún más, el déficit fiscal que la agobia.
Noviembre 2023.