El sistema de defensa de Israel interceptó en la madrugada del lunes cinco drones y proyectiles disparados desde Irak y Yemen, donde la Resistencia Islámica y los rebeldes hutíes, respectivamente, llevan meses lanzando ataques hacia Israel en paralelo a las guerras en Gaza y Líbano.
«Durante la noche, la Fuerza Aérea interceptó con éxito cuatro drones que se acercaban a Israel desde el este. Dos de los drones fueron interceptados antes de cruzar a territorio israelí«, indicó el Ejército en un comunicado.
Las sirenas sonaron en la zona suroeste de Jerusalén por este ataque, que no causó víctimas ni daños.
Anoche, los cazas de la Fuerza Aérea israelí sobrevolaron intensamente el área de Jerusalén, de camino a la zona del mar Muerto, donde sonaron las sirenas ante la proximidad de otros dos drones enviados «desde el este», el término que usa el Ejército israelí para referirse a Irak.
Entre ambos incidentes, un proyectil atribuido a los hutíes de Yemen hizo sonar las alarmas durante la noche en las regiones de Shfelat, Yehuda y Lakhish, en el centro de Israel, la IAF interceptó un proyectil que se aproximaba a Israel desde Yemen.
El proyectil no atravesó territorio israelí, pero los misiles de intercepción disparados cayeron en la ciudad de Beit Shemesh, entre Jerusalén y Tel Aviv, y provocaron un incendio.
Tanto los rebeldes hutíes de Yemen como la amalgama de milicias que conforman la Resistencia Islámica de Irak, en ambos casos respaldados por Irán, llevan a cabo ataques periódicos hacia Israel en «solidaridad» con las milicias palestinas que combaten a las tropas israelíes en la Franja de Gaza desde hace más de un año.
Lo mismo hizo el partido-milicia libanés chií Hezbolá tensión que fue escalando durante un año hasta que Israel intensificó sus ataques sobre Líbano e inició una invasión terrestre, en una guerra abierta que ha causado la muerte de más de 3.900 personas, la mayoría en los últimos dos meses.
Israel asegura haber matado a más de 2.500 milicianos de Hezbolá. (EFE)