Suena como una afirmación grandilocuente sin duda, pero en un mundo que sufre el calentamiento global, que padece la desaparición de especies animales, que observa como el fuego devora sus bosques y los mares crecen en torno a sus ciudades costeras con cientos de millones de personas en peligro; tiene validez, pues se trata de la más nueva de las carreras de pregrado de la Uneg, la licenciatura en Ciencias Ambientales, que aunque parezca pedante, representa realmente una verdadera alternativa para la protección, la búsqueda de soluciones y el desarrollo sostenible de la inmensa y estratégica región Guayana.
Y este tema casualmente calza como anillo al dedo para la celebración del día mundial de la madre Tierra este 22 de abril, declarado por la ONU, en el marco del decenio para la restauración de ecosistemas, y al que se aborda desde una sencilla entrevista con dos jóvenes estudiantes de la carrera de Ciencias Ambientales, preocupadas por su planeta, su región y el futuro de la humanidad.
Mariel Villafranca y Orianna Nedo, estudiantes del quinto y tercer semestre de la licenciatura de Ciencias Ambientales, fueron las responsables de lanzar esa gran aseveración, informando como la carrera que cursan se ocupa fundamentalmente de la importancia de la actuación de los seres humanos en los diversos sistemas socioambientales desde la simple y sencilla perspectiva de que el planeta es la casa de todos por lo que debe ser preservado desde una perspectiva sostenible, que permita tanto el avance de la vida humana como la garantía de mantener el planeta para toda la vida que encierra desde hace millones de años.
Las estudiantes Mariel Villafranca y Orianna Nedo de la carrera de Ciencias Ambientales de la Uneg.
Situación a la que no escapa nuestra región de Guayana, donde el clima sigue cambiando hacia mayores niveles de calor, con incendios generalizados por la sequía, con un comportamiento atípico de las especies vegetales que normalmente siguen un ciclo de pérdida de follaje, retoño y floración de acuerdo a la estación del año, pero que por el cambio climático ha variado afectando a gran parte de la flora. Con problemas de contaminación de aguas y áreas verdes y muchos otros que afectan a una zona que representa con mucho la mayor extensión territorial de Venezuela.
El ser humano es el principal problema, pero puede ser parte de la solución
Las jóvenes estudiantes comenzaron señalando que lamentablemente el ser humano es considerado la primera causa de los graves problemas ambientales que atraviesa nuestro planeta hogar, que incluye el calentamiento global, la desertificación, desaparición de especies, aumento del nivel del mar, y toda una larga lista de situaciones que ponen en riesgo la vida en el planeta, incluida la de nuestra propia especie.
Sin embargo desde la perspectiva que han aprendido en la carrera que cursan en la Uneg, más que comenzar a buscar culpables o asumir un discurso apocalíptico, se enfocan en las posibles salidas y soluciones inmediatas que debemos aplicar para corregir, mitigar o cambiar esa situación desde el conocimiento y las acciones ecológicamente sostenibles. En analizar y medir el impacto ambiental para encontrar las soluciones que lo mitigan.
Partiendo para ello de la creación de una conciencia ambiental que nos permita valorar los dones de la madre tierra cotidianamente.
Esto pasa por hablar las cosas y problemas del sector, como por ejemplo el reciente incendio de consumió miles de hectáreas en la plantación de pinos caribe de Uverito en territorio de los estados Monagas y Anzoátegui, donde hay que decir que falto mantenimiento preventivo – que es un problema estructural de la región-, y rápida acción de mitigación, más recurso humano calificado y mayor compenetración con las comunidades de la zona, siendo precisamente ese personal capacitado debidamente uno de los grandes aportes que hace la licenciatura en Ciencias Ambientales.
Una carrera llena de oportunidades y con responsabilidad local
Según comentaron las estudiantes, la licenciatura está iniciando ya su octava cohorte, por lo que el año que viene es posible que egrese su primera promoción, agrupando a una población de unos 110 estudiantes en la misma, por lo que aprovechan el día de la Madre Tierra para resaltar las múltiples oportunidades que ofrece la carrera al ofrecer los expertos para todos los departamentos ambientales de las empresas en la zona, que desde hace tiempo se han venido quedando sin personal capacitado y sin generación de relevo.
Departamentos estos que cobran importancia por la necesidad de aplicar las premisas del plan 2030 de la ONU destinado a garantizar la sostenibilidad y protección del planeta, que cobra especial importancia en Guayana por ser la mayor zona geoestratégica del país, con muchos ecosistemas únicos y con un potencial productivo que no puede ser desechado sino que tiene que desarrollarse de forma sostenible y preservando el medio ambiente.
Bajo esa perspectiva, surge además la posibilidad de trabajar como asesores de proyectos, pues ya en todas las ramas se incorpora el tema ambiental; como promotores comunitarios, supervisores de proyectos y por supuesto como investigadores en materia ambiental.
Por lo que invitan a las nuevas promociones de bachilleres a contemplar la posibilidad de cursar la carrera, que además es apasionante en la medida que la van conociendo y desarrollando; pues tienen mucho trabajo de campo que les ha permitido conocer empresas productivas y recicladores, muelles, áreas protegidas de la ciudad y sus alrededores, bellezas naturales y sobre todo a valorar y proteger más la maravillosa naturaleza guayanesa.
Invitación que además a extiende a otros profesionales de las más diversas ramas, pues además de la maestría la Uneg ofrece un doctorado en Ciencias Ambientales.
Más que quejarse es hora de actuar
El mensaje de las dos jovencitas, de cara al día mundial de la Madre Tierra no es quedarse al modo de las antiguas plañideras, sino el de asumir la responsabilidad de los errores que han llevado a la crisis ambiental actual, pero aún más a las decisiones y acciones que se deben aplicar desde aquí mismo, de la región, del propio granito de arena de cada, y así se puede impactar en el barrio y la urbanización, en el estado y la zona; en nuestra propia Madre Tierra. (Gustavo Montaña – CNP 8235)
