Entre enero y julio de este año el gobierno liquidó a través de sus dos mecanismos oficiales, Dipro y Simadi (Dicom), 66,5% menos divisas que las entregadas en igual periodo del año pasado, según cálculos de Ecoanalítica.
La firma indica que en los primeros siete meses del año se liquidaron 16,8 millones de dólares diarios, promedio, mientras que entre enero y julio del año pasado fueron 50,1 millones de dólares.
La contracción en la entrega de divisas es aún más alta si se compara con los dólares asignados en 2014: entonces liquidaron por día 129,5 millones de dólares, promedio, agrega Ecoanalítica.
Carlos Álvarez, economista de la consultora, recordó que el recorte de la asignación de divisas para importaciones fue una de las estrategias empleadas por el gabinete económico, con el fin de tener más dinero para pagar la deuda externa que se vencía este año. «La decisión que se tomó fue muy costosa para los venezolanos, en términos de abastecimiento».
Álvarez coincidió con Conindustria, que en reiteradas ocasiones ha advertido que el retraso en el pago de divisas ha sido una de las principales causas de la caída en la producción de la industria nacional. Conindustria asevera que la falta de pago ha impedido que se honren deudas con proveedores extranjeros y se importen los insumos que requieren.
Los industriales también han advertido que la existencia de largas colas de consumidores en las afueras de supermercados y farmacias, en busca de alimentos de primera necesidad y artículos de higiene escasos, es la mayor consecuencia de la caída del aparato productivo.
Aunque el Banco Central de Venezuela decidió dejar de publicar el índice de escasez, mediciones de firmas nacionales y organismos privados muestran que en el último año el desabastecimiento ha empeorado.
Cifras del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros señalan que mientras en julio de 2015 faltaban 20 de los 58 productos que integran la canasta alimentaria, en julio de este año el número de productos escasos ascendió a 25; es decir, pasó de 4,5% a 43,1% en un año.
Paño caliente. Álvarez agregó que en los últimos dos meses, junio y julio, hubo una mejora en la liquidación de divisas, que permitió que las importaciones públicas y privadas tuvieran un ligero repunte, pero aclaró que lo que se compró no alcanza para acabar con las fallas de abastecimiento.
«Hubo un repunte, curiosamente, luego de una protesta por comida en el centro de Caracas. Ahora han anunciado la llegada de toneladas de comida, y eso va seguir pasando. Espero que haya más importaciones, públicas y privadas, por lo que queda del año. Pero no se va a resolver el problema de fondo. La escasez no se va a acabar a corto plazo».