El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, habló el miércoles con el presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, para transmitirle el apoyo incondicional de su gobierno a la soberanía del país suramericano, en medio de la disputa territorial con Venezuela por la región del Esequibo.
En su conversación con Irfaan, señaló el portavoz Matthew Miller en un comunicado, Blinken reiteró el llamado de EE UU a una salida pacífica al conflicto con Venezuela.
La disputa sobre el Esequibo, un territorio de casi 160.000 kilómetros cuadrados en disputa con Guyana, se ha revivido después de que en un reférendum convocado por Caracas, la mayoría de los votantes optara por anexionar este territorio a Venezuela.
El secretario de Estado pidió también al presidente guyanés que se respetara un laudo arbitral de octubre de 1899, que dio la soberanía de la región a la entonces Guyana Británica, «hasta que las partes lleguen a un acuerdo o que un cuerpo legal competente decida lo contrario».
Blinken y el presidente Ali, agregó el comunicado, resaltaron también en la llamada la orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la semana pasada a que no ninguna de las partes «tomara acciones que puedan agravar o extender la disputa».
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo el lunes en redes sociales que la nación ha comenzado una nueva etapa histórica para luchar por el Esequibo y lograr recuperar el territorio que «dejaron los libertadores», aunque no ha detallado las acciones que se tomarán para conseguirlo.
Venezuela reclama la región de Esequibo, alrededor de 70% del territorio de Guyana, incluidas las reservas de petróleo en alta mar, argumentando que el laudo arbitral de 1899 es nulo y sin efecto debido a que afectó fraudulentamente 159.500 kilómetros cuadrados del territorio de la Guayana Esequiba, como la llama el gobierno venezolano.
Guyana busca el apoyo de diplomáticos extranjeros en su disputa territorial con Venezuela
El gobierno de Guyana informó este miércoles a los diplomáticos extranjeros en el país sobre los últimos acontecimientos en el Esequibo, para buscar su apoyo en la disputa que mantiene con Venezuela por este territorio de 160.000 kilómetros cuadrados.
«Fue simplemente para proporcionar una actualización al cuerpo diplomático sobre las recientes declaraciones hechas por el presidente (venezolano, Nicolás) Maduro y para obtener su apoyo continuo, tanto bilateral como multilateral», explicó en una rueda de prensa el secretario de Exteriores guyanés, Robert Persaud.
Maduro lanzó el martes un plan de acción que incluye el otorgamiento de licencias para la explotación petrolera y despliegues militares en localidades cercanas al área bajo pleito, aunque, de momento, no anunció una incursión en la zona.
Tras la reunión, la alta comisionada británica en Guyana, Jane Miller, dijo que la información del Ministerio de Asuntos Exteriores era «muy útil», mientras que el embajador chino, Guo Haiyan, mencionó que Pekín espera que la controversia pueda resolverse pacíficamente.
Por su parte, la recién nombrada embajadora de Estados Unidos en Guyana, Nicole D. Theriot, se limitó a decir que Washington está discutiendo su reacción al último anuncio de Venezuela.
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, instó a principios de semana a ambos países «a que sigan buscando una solución pacífica a su disputa».
En este sentido, declaró que Washington deseaba que la controversia sobre la región se resolviera pacíficamente y que no se violara el laudo del Tribunal Arbitral de 1899, que fijó la frontera terrestre entre Guyana y Venezuela.
Venezuela asegura que el mencionado plan de acción está diseñado en función del resultado del referendo no vinculante del domingo, que planteaba la anexión del territorio al mapa nacional.
El presidente de Guyana, Irfaan Ali, denunció este miércoles que el plan venezolano es «una amenaza inminente» para su integridad territorial y la paz mundial, por lo que anunció «medidas cautelares» para proteger el país.
La controversia por este territorio data del siglo XIX, pero desde 2018 ha cobrado vigor en vista de la admisión del caso por parte de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que ha pedido a Venezuela no completar acciones que alteren la dinámica actual sobre el área, administrada por Guyana.
Sin embargo, Maduro rechaza la mediación de la CIJ en este asunto, un alegato que también se vio reforzado con el referendo, en el que los venezolanos acordaron no reconocer la jurisdicción del tribunal internacional que, de cualquier modo, emitirá una decisión vinculante para las dos naciones en los meses por venir.(EFE)









