“ La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano”.
Voltaire.
No es fácil gobernar a un país como España y mucho más difícil cuando la legislatura del actual presidente del gobierno de Pedro Sánchez la inicia con pasos endebles. Imposible pretender que para complacer al movimiento independentista catalán se pacte una coalición con grupúsculos políticos de diferente ideología como único medio para tomar posesión del cargo. Es decir, el quid pro quo consistió en que el actual presidente del gobierno le prometio una amnistía dirigida principalmente a Carle Puigdemont, jefe del movimiento Junts per Cataluña, a cambio de los 7 votos de esta fuerza política que necesitaba para cumplir con la mayoría en el parlamento. Al respecto en mi artículo de septiembre de 2023, titulado , “ Crisis en España? El expresidente Felipe González se enfrenta de nuevo al presidente Pedro Sánchez“, me explayo sobre ese desafortunado y oscuro arreglo.
En lo que va de su mandato, Pedro Sánchez se ha enfrentado a un sinnúmero de inconvenientes que hábilmente ha podido soslayar hasta el presente. En enero de este año, el movimiento político Junts per Cataluña, expresó que no recibiría con agrado una ley de amnistía que no fuese integral, es decir que no incluyera a terroristas y a otros. Junqueras, jefe del movimiento ESC, que también apoyó a Sánchez, lamentó la posición de Junts. La opinión de la fiscalía habría estado dividida, para algunos en 2017 si hubo actos terroristas, otros dicen que no. En tribunales se considera que hay pruebas para investigar a Puigdemont como el autor intelectual de acciones terroristas callejeras en ese año. Se comenta que la aprobación de la ley de Amnistía podría chocar con un eventual fallo del tribunal Supremo sobre la causa penal abierta contra Puigdemont. Y la guinda del pastel radica en que existe un informe acerca de los vínculos de los independentistas con el presidente Putin y su colaboración con el golpe de 2017, cuyo texto habría incomodado a Pedro Sánchez , que de llegar a comprobarse, significaría traición a la patria y Carles Puigdemont podría ir a la cárcel. La invasión a Ucrania le echó tierra a este asunto pero un juez lo reactivó recientemente.
En marzo de este año, se aprueba la ley de Amnistía y el gobierno enfatiza que el terrorismo no está incluido en la ley, al tiempo que subraya que la sociedad catalana no quiere una solución unilateral respecto a su independencia como propone Puigdemont, sino que desea un diálogo político. Sin embargo, luego de aprobada la ley en el Congreso de Diputados en cuyo seno Sánchez logró conseguir los votos de las pequeñas fuerzas que aún le apoyan, por razones constitucionales el texto aterrizó en la cámara del Senado en la cual el Partido Popular tiene la mayoría y por ende, la ley fue rechazada. El choque de trenes desde el ángulo institucional permitió que el blindaje de la ley podría estar en tela de juicio y dar al traste con su futura vigencia. Frente a este estado de cosas, el Senado habría devuelto la ley al congreso de diputados que reiteraría la aprobación de la ley. El Partido Popular, al no resolverse el conflicto de atribuciones de las cámaras, habría dispuesto remitirla al Tribunal Constitucional.
Se ha debatido con mucha pasión sobre la viabilidad de esta ley de tan largo alcance. Como era de esperarse Alberto Nuñez Feijoo, presidente del Partido Popular , la cuestionó agriamente dentro y fuera del recinto parlamentario: “Junts continuará chantajeando al gobierno de Sánchez y este cederá para mantenerse en el poder”. Ante una afirmación de un vocero del gobierno, Feijoo comentó que “son los jueces quienes deben decidir quienes son terroristas y quienes no. Quien califica un delito es un juez no un político”. Algunos altos personeros del PSOE al no aceptar la ley les ha costado la expulsión del partido y otros la han rechazado de una manera más disimulada. A tal extremo ha llegado la discusión que , una vez más, el expresidente Felipe González ha alzado la voz. Ha sido enfático al señalar que “estoy dispuesto a decirle a Pedro Sánchez que de verdad la necesidad son 7 votos”? “ No merece la pena” . Y qué se hace? …Ir a ganar las elecciones si se repiten”.
Las elecciones en el País Vasco y las próximas en Cataluña comprueban que las minúsculas fuerzas políticas que débilmente sostienen al gobierno de Sánchez conforman un mestizaje ideológico que difícilmente podrían constituir un compacto soporte a su legislatura. Se conoce que tanto Junqueras como Aragonés, el presidente de la Generalita, están totalmente opuestos a la posición de Puigdemont en relación a la visión que tiene sobre la independencia de Cataluña. La cuerda es tan fina que podría romperse en cualquier momento y, tan es así, que los presupuestos aún no han sido aprobados por desacuerdos entre las partes involucradas.
En medio de este maremagnun, el 24 de abril de este año, Pedro Sánchez sorpresivamente, mediante una carta amenaza con dimitir por “el acoso político” a su esposa Begoña Gómez presuntamente involucrada por tráfico de influencia relacionada con contratos empresariales. Dice que se tomará 5 días para reflexionar si seguiría o no en el cargo y suspende su agenda. El jefe del gobierno culpa a Partido Popular, a Vox y a medios de comunicación por el ataque despiadado contra el. Muchas especulaciones se forjaron alrededor de este insólito caso. Para algunos analistas, la causa, más allá de la variable emocional, es el cúmulo de asuntos políticos que se le ha venido encima. Pedro Sánchez venía denunciando “la deshumanización “ de la política. Otros consideran que la eventual dimisión en diferido no parecía conveniente en vista del vacío de poder que podría presentarse. Quizás, la Carta constituía una estrategia política para reagrupar a partidos que aún lo apoyarían en la búsqueda de un voto de confianza, una suerte de plebiscito autoimpuesto. Lo que si parece indiscutible es que Pedro Sánchez debió haber analizado bien el alcance de ese “quiebre emocional”. No se trata de cualquier persona, se trata del presidente del gobierno. Tal vez los errores que el mismo cometió, una presunta conspiración política, la dispersión de los grupos que lo apoyan, la Amnistía, que en caso de aprobarse de manera definitiva, el camino a seguir es trillado; todo ello, habría entorpecido su labor para gobernar. Quizás todos estos factores lo impulsaron a tomar una decisión catalogada por el mismo como la protección a su entorno familiar. Mientras tanto, el PP con Feijoo a la cabeza, afirma que se trata de un “espectáculo de adolescente”.
El lunes 29 de marzo, el presidente Sánchez dice que se queda que no dimite. Las movilizaciones durante esos 5 días de ausencia del presidente, aunque muy modestas, habrían influido en su decisión. Parecería que el PSOE se cohesiona. Se trató de una obra de teatro en la que Pedro Sánchez no se encontraba en el público sino que era el protagonista. La mayoría de la prensa internacional cuestionó, o no entendió, el procedimiento que utilizó el presidente para salir de vacaciones por unos cuantos días y dejar el país en vilo, todo por una razón sentimental que aparentemente no era muy válida en vista de que Manos Limpias, el seudosindicato que presentó la denuncia contra Begoña Gómez se habría basado en informaciones periodísticas y la Fiscalía había pedido a la Audiencia Provincial archivar la causa porque podrían ser falsas.
A partir de este momento, el panorama español si no se oscurece más por lo menos el horizonte político se estrecha aún más. Por supuesto que el PSOE cerró filas con el presidente y todas las fuerzas políticas que lo han apoyado sin haber hilado fino acerca de tan inesperada circunstancia, se inclinaron hacia el regreso del presidente. No obstante, el futuro del gobierno podría estar en ciernes o si no, el camino se vislumbra más empedrado a como estaba antes de la extraña Carta. El pueblo pasa factura cuando se siente engañado. “ El poder es el más peligroso y riesgoso de los objetivos que el hombre puede perseguir, porque tiene una capacidad de volverse contra el mismo que lo ejerce y hasta destruirlo”, sentencia Arturo Uslar Pietri.
Llegar al poder y mantenerse a cualquier precio puede acarrear, entre otras cosas, un daño mental tremendo. España no descarta otra carta pero no por razones emocionales sino por razones políticas. Se puede cerrar el ciclo del Sanchismo salvo que como dijo el expresidente Felipe González, Sanchez llame a elecciones y compita en buena lid sin patrañas, sin mentiras ni componendas truculentas.
Pedro Camacho
Embajador de Venezuela (r).