La inyección de crudo venezolano fue suficiente para generar un impacto en el ranking de proveedores de EE UU. En agosto, Venezuela pasó del puesto 36 al 19 entre los mayores exportadores
La flexibilización regulatoria otorgada por la administración de Donald Trump a Chevron a finales de julio se materializó en una recuperación de los envíos de petróleo venezolano con destino a Estados Unidos. Tras alcanzar su punto más bajo del año en julio, las exportaciones se dispararon en agosto, marcando un hito de 39.000 barriles diarios (bpd).
Este volumen representa un aumento estratosférico del 550% respecto al mes anterior, un testimonio directo del impacto que tienen las licencias específicas en el debilitado flujo comercial petrolero venezolano, según datos de la Administración de Información Energética (EIA).
La inyección de crudo venezolano fue suficiente para generar un impacto en el ranking de proveedores de EE UU. En agosto, Venezuela escaló significativamente, pasando del puesto 36 al 19 entre los mayores exportadores de crudo y derivados a Estados Unidos.
Este ascenso se produce en un mercado donde la estabilidad del suministro se define por gigantes regionales e internacionales. El podio se mantuvo dominado por sus vecinos y aliados: Canadá (4.294.000 bpd), México (524.000 bpd) y Arabia Saudita (417.000 bpd).
Curiosamente, el mes de agosto vio notables movimientos en la tabla, con potencias regionales como Brasil (cayendo del 3.er al 6.to lugar) y el ascenso notable de Guyana (del 8.vo al 4.to puesto), lo que evidencia la creciente volatilidad y el re-ranking de las fuentes de energía de EE UU.
En total, Estados Unidos importó en agosto 6.283.000 bpd una caída de 21% en comparación con el mes previo. Desde la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) llegaron a esa nación 895.000 bpd (equivalente a 14% del total).
El Nacional
