Ante la cada vez mayor circulación de divisas extranjeras en el territorio nacional, los comercios buscan alternativas para poder dar vuelto a los clientes, pues los billetes de menor denominación son escasos y no cumplen con la demanda.
“No hay vuelto”, “tienes que gastar el billete completo”, “agarra unos cambures para que llegue a 20”, son algunas de las frases que continuamente deben escuchar los venezolanos que van a pagar en dólares.
La denominación de mayor masa monetaria en el país de la moneda norteamericana es el billete de 20 dólares. Las denominaciones inferiores (1; 5; 10 dólares) no cumplen con la demanda que tienen.
Por ello, la cadena de supermercados Excelsior Gama comenzó a implementar un sistema para que los compradores guarden el vuelto para su próxima compra en una billetera digital con su huella dactilar y su número de cédula.
Su funcionamiento empezó en las sedes de La Trinidad y La Urbina desde finales del año pasado y ahora está habilitada en las 24 sucursales de la cadena.
Aquellos que deseen utilizar esta herramienta solo tienen que pedirle al cajero del supermercado que les registre la huella dactilar en el sistema y que les acredite el monto completo del vuelto. Aunque es importante verificar que el número de cédula de identidad se cargue de forma correcta en la operación, para evitar que el saldo positivo se le deposite a otro cliente.
El sistema del Excelsior Gama admite montos que van desde 1 hasta 20 dólares y ofrece la ventaja de que se preservan como cantidades en divisas. Esto quiere decir que el vuelto no se ve afectado por las fluctuaciones de la tasa de cotización del dólar.
Otras cadenas regionales como los Supermercados Luxor que operan en los estados Aragua y Carabobo implementaron un sistema de vuelto para los dólares que funciona a través de Pago Móvil.
A los clientes se les devuelve la diferencia de su compra calculada a la tasa del dólar fijada por el Banco Central de Venezuela (BCV) con el Pago Móvil. Esto les asegura que reciben el equivalente en bolívares de inmediato en sus cuentas bancarias.
Pagar en dólares para recibir el vuelto en bolívares
La masa monetaria de dólares en Venezuela se ha incrementado considerablemente en los últimos años a consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo de la moneda nacional cuyos billetes son insuficientes, incluso tras la reciente ampliación del cono monetario.
Pagar en dólares significa, en la mayoría de los comercios, tener que gastar el valor del billete completo porque “no hay para dar cambio”. Ante este panorama las opciones son simples: se gasta completo el billete, paga una diferencia en bolívares o no comprar en ese lugar.
Sin embargo, en ocasiones el comercio dispone de los bolívares para dar el cambio en efectivo. ¿Lo inconveniente? Algunos consumidores han denunciado que el cambio lo realizan muy por debajo del promedio de cotización.
Situación que se genera, precisamente, ante la escasez de billetes de circulación nacional, reseñó El Carabobeño.
En un recorrido por el mercado popular de Plaza de Toros y el Boulevard Constitución, en el centro de Valencia, el medio constató que existen personas dedicadas a captar a quienes buscan bolívares en efectivo. Ellos cambian 1 dólar por 1.200.000 bolívares, cuando la tasa del dólar paralelo, la mañana de este jueves 4 de marzo, se ubicaba en 1.871.000 bolívares. Casi 700.000 menos de su valor para ese momento.
La misma situación ocurre con los transportistas. Al usuario que paga el pasaje, que tiene un costo de 100.000 bolívares, con un billete de 1 dólar, le devuelven 1.200.000 bolívares en efectivo.
El transporte público, casa de cambio ante la falta de efectivo en Venezuela
“Si sacamos la cuenta, un ciudadano está pagando el pasaje urbano casi a 700 bolívares, eso significa que los bolívares en efectivo, valen más que el dólar. El autobusero, arbitrariamente, le da un valor al dólar muy por debajo de su valor real”, dijo Manuel Carrera, usuario de transporte público.
En una economía que cumplió siete años consecutivos de recesión, los venezolanos se refugiaron en el dólar pese al control de cambios vigente desde 2003 —flexibilizado en los últimos meses—, así como en el peso colombiano y el real brasileño en zonas fronterizas. (EN)