Las denuncias contra el coordinador del Circuito de Violencia contra la Mujer del estado Carabobo, Jestter Quintana, han aumentado después de la publicación que hizo recientemente esta casa editorial sacando a la luz las desviaciones y corrupción que diariamente se producen en esa instancia judicial. Allí, Quintana ha hecho caso omiso a la recta aplicación de justicia, desatendiendo las estrictas directrices emanadas por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y de los circuitos carabobeños, tanto del civil como del penal.
El magistrado Quintana es conocido en los predios o pasillos del Palacio de Justicia como “El Vándalo”, por sus constantes desafueros y por la impaciencia que le genera la necesidad de lucrarse con el ejercicio de tan elevado cargo dentro del Poder Judicial. Quintana proclama su plena independencia y proporciona puerta franca a sus incontables arbitrariedades.
Habla la víctima
Entre las tantas denuncias presentadas ante la sede de este periódico, figura la realizada por la ciudadana Marlin Elizabeth Sánchez Guerra, identificada con la cédula número 18.106.116, quien detalladamente relató todas las hostiles y humillantes prácticas, a las cuales ha sido sometida por la transgresión que estimula el coordinador de violencia, el magistrado Jestter Quintana.
Anexando un amplio archivo -para resguardo de este medio de comunicación- indica que ha realizado la denuncia ante la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM) en la ciudad de Caracas, presentando irrefutables pruebas contra la delictiva conducta de Jestter Quintana, quien en una suerte de malabarismo judicial se ha combinado con el anterior cónyuge de la víctima que, a su vez, al parecer entregó una alta suma de dinero con la finalidad de que Quintana dictara una orden que le permitiera el ingreso a su hogar, para continuar con las repetidas prácticas de actos violentos sustentados en los expedientes CICPCK-21-0216-00168 y MP-113666-2021.
De igual forma señala que se realizó una audiencia preliminar sin que estuviese ella presente en su condición de víctima. Para demostrar la indecente confabulación entre el coordinador de violencia Jestter Quintana y el cónyuge agresor, se puede verificar que el tribunal de violencia -que debería constituirse en garante de los derechos y de la seguridad no solo de la golpeada víctima, sino igualmente de sus dos menores hijos- se convierte en un factor de censurable actuación y perturbación, ya que por orden de Quintana se puso a la magistrada Úrsula Ramos, quien no ostenta el cargo de juez titular, para que presidiera la audiencia preliminar.
Ramos se prestaba para la orquestada práctica de vulnerar los fundamentales derechos y ha impedido el legal acceso al expediente a Sánchez Guerra quien, en su condición de víctima, ha recorrido diferentes tribunales de juicio debido al acuerdo económico suscrito por el agresor cónyuge y el coordinador de violencia contra la mujer en el estado Carabobo, Jestter Quintana.
La ciudadana Marlin Elizabeth Sánchez Guerra, víctima de su peligrosa expareja y de una manipulada justicia que imparte -con notorio descaro- Quintana, ha acudido en reiteradas ocasiones a órganos competentes, como la Defensoría del Pueblo para que se le proporcione acceso al extraviado expediente, donde figura en su condición de víctima; ante ello siente la impostergable obligación de alzar su voz a través de este medio de comunicación, ya que siente temor por su vida y no quiere formar parte de las letales estadísticas.
Ratifica el vulgar y deshonesto manejo de su caso por parte del coordinador del Circuito de Violencia contra la Mujer de Carabobo, en connivencia con su agresor excónyuge José Luis Martínez Amezquita, quien se jacta de ser influyente agente aduanal y de que dos de sus hermanas son profesionales del derecho y están vinculadas íntimamente con el juez Jestter Quintana, lucrativa relación a través de la que llegan a controlar cada instancia judicial.
Igualmente se continúa con la vocación de proferir amenazas a través de una alta funcionaria de la policía municipal de Puerto Cabello, actual pareja del señalado agresor. “Es hora de colocarle definitivo coto al atropello, la injusticia y la arbitrariedad. No tengo ningún miedo o temor y, si esta denuncia retumba para que las demás víctimas se sientan tuteladas por un sólido poder judicial que esté al servicio de toda la población, habremos realizado una enorme labor”, sentenció Marlin Sánchez Guerra.
Ante este desgarrador relato, se hace imprescindible que el máximo tribunal de justicia venezolano, el respetable TSJ, proceda a la inmediata destitución del indigno magistrado Jestter Quintana, coordinador del Circuito de Violencia contra la Mujer del estado Carabobo, como válido instrumento de depuración. No hay espacio para incondicionales madrinazgos desde la ciudad de Caracas.
En nuestra próxima entrega presentaremos otra emblemática denuncia, en la que se encuentra involucrado un activo oficial de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que igualmente ha sido víctima de los desmanes que diariamente ocurren en el Circuito de Violencia contra la Mujer del estado Carabobo. (EU)