https://youtu.be/iDl43gDYyR8?si=v4TQZ5Y_PfSNK79I
El cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS), popularmente conocido como “el cometa del
siglo”, fue descubierto desde el Observatorio Tsuchinshan (Purple Mountain) en China el 9
de enero de 2023 y confirmado posteriormente por el programa automatizado de
vigilancia ATLAS desde Sudáfrica el 22 de febrero. A finales de este mes, será visible a
simple vista. Su coma o envoltura de gas y polvo puede ser incluso tan brillante como las
estrellas más luminosas. Sin embargo, habrá que madrugar para encontrarlo entre las
luces del alba.
¿Por qué sabemos que el cometa Tsuchinshan-ATLAS será visible y cuándo?
Predecir el comportamiento de un cometa es difícil porque depende de muchos factores.
La sublimación de sus hielos superficiales, bajo el influjo radiactivo del Sol, tiene que ser
eficiente y emitir a la cola del cometa suficiente polvo micrométrico para que esta sea
visible. Deben ser justo de ese tamaño para que dispersen la luz visible.
A veces esa sublimación de hielos es extrema y la alteración acuosa hace que el propio
objeto se derrumbe, algo que predijo el célebre experto Znedek Sekanina en un artículo
reciente sobre este cometa.
A pesar de tales augurios, el cometa Tsuchinshan-ATLAS parece capaz de sobrevivir al
perihelio (su máxima proximidad al Sol) y nos dará la oportunidad de observarlo tras pasar
por él.
El cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS) en una exposición telescópica de 15 minutos
obtenida desde Breda (Girona) por el astrofotógrafo Pau Montplet el pasado 8 de mayo
de 2024.
El abundante contenido de partículas de polvo de este cometa, unido a la geometría en
que observaremos su reaparición entre las luces del alba, harán que su núcleo tenga un
brillo de una magnitud similar a la de las estrellas más luminosas del cielo. Sin embargo, su
reaparición a baja altura y en plena luz del alba no lo pondrán fácil.
Existe un fenómeno físico, conocido como dispersión hacia adelante, que puede hacerlo
parecer aún más brillante. Cuando los rayos del Sol iluminen la coma del cometa, las
partículas de polvo y hielo reflejarán la luz solar, que se dispersa hacia el observador.
Conocemos que ese fenómeno desempeña un importante papel en los bruscos estallidos
luminosos experimentados por algunos cometas.
Ese fenómeno puede hacer que en esos días el cometa sea suficientemente brillante para
ser visible. Si no se consigue a simple vista debido a la luz del alba, deberemos probar con
prismáticos. Para localizarlo, hay que buscarlo en la esquina de un triángulo equilátero
que formará junto a Régulo y Denébola, estrellas de la constelación de Leo.
La peculiar geometría que contemplaremos durante el paso por el perihelio del cometa
Tsuchinshan-ATLAS visto desde la Tierra también ejemplificará la variabilidad típica en la
apariencia de los cometas. De hecho, podremos ver en pocas noches cómo giran las colas
del cometa a principios de octubre, incluso permitiendo ver la llamada anticola, producida
por partículas que se avanzan al cometa. Esto ha sido simulado en una preciosa animación
del astrónomo aficionado Nicolas Lefaudeux.
El cometa visible a finales de septiembre
Durante el verano no hemos podido verlo porque su distancia angular al astro rey, la
llamada elongación, es tan pequeña que no nos permite separarlo de la luz diurna. Eso
cambiará a partir de finales de septiembre, cuando el cometa retorne en el cielo del alba,
apenas media hora antes de la salida del Sol y tras pasar por el perihelio el día 28. Esa
configuración será más favorable para los observadores del hemisferio sur, aunque
también se podrá intentar verlo desde lugares elevados y libres de obstáculos en el
horizonte este desde México, España y Portugal, entre otros países.
Así, como apuntaban en Sky & Telescope, a finales de septiembre podremos aprovechar la
proximidad relativa a la Luna gibosa menguante, en tránsito hacia la fase nueva, y su
relativa proximidad a la constelación de Leo, para recuperarlo. Será recomendable usar
primero unos prismáticos de 7×50 ó 10×50 aumentos, o el buscador de nuestro
telescopio. El cometa será una estrella difusa cercana al horizonte, similar a la apariencia
de un cúmulo globular.
El retorno del cometa al cielo del atardecer en octubre
El cometa volverá a ser engullido por la luz del crepúsculo a principios de octubre, pero a
partir de mediados de ese mes veremos cómo progresivamente se separa angularmente
del Sol y comienza a verse con menor dificultad en la primera hora de la tarde, hacia el
oeste.
Será la última oportunidad de verlo a simple vista o con prismáticos antes de su definitivo
alejamiento. Sin embargo, tanto los astrofotógrafos como los aficionados a la astronomía
podrán seguir observándolo con telescopio.
La recomendación para visualizarlo es buscar un lugar alto, con el oeste, bien alejado de la
contaminación lumínica. De nuevo harán falta unos prismáticos y saber a dónde apuntar.
Los cometas, como Tsuchinshan-ATLAS, son astros caprichosos, y las órbitas en las que
cruzan el sistema solar no siempre son favorables para verlos desde nuestro planeta. Sin
embargo, estos astros errantes siempre son un atractivo para contemplar los fenómenos
celestes que acontecen a nuestro alrededor, y empequeñecernos por su magnitud y
belleza.The Conversation
Josep M. Trigo Rodríguez, Investigador Principal del Grupo de Meteoritos, Cuerpos
Menores y Ciencias Planetarias, Instituto de Ciencias del Espacio (ICE – CSIC) (TC)