Economía, migración, política y antifascismo son los cuatro temas que vuelven a estar en la agenda de Estados Unidos con Venezuela tras el regreso del republicano Donald Trump a la Casa Blanca, un resultado que a simple vista incomoda a la administración de Nicolás Maduro, pero que de momento parece cordial, al menos así lo hizo ver en un comunicado Miraflores.
«La República Bolivariana de Venezuela felicita al pueblo de los Estados Unidos de América por las elecciones presidenciales celebradas el pasado 5 de noviembre de 2024, y al presidente electo Donald J. Trump por su victoria en dicho proceso», señala la misiva al agregar que «Venezuela siempre estará dispuesta a entablar buenas relaciones con los gobiernos estadounidenses, enmarcadas en un espíritu de diálogo, respeto y sensatez».
Pero para entender el impacto de la relación Caracas-Washington y la vuelta de Trump al poder (gobernó entre 2017 y 2021) hay que remontarse a 2019 cuando de manera fuerte y contundente el entonces mandatario republicano se metió de frente en apoyar a la oposición venezolana e impulsar la proclamación de Juan Guaidó como presidente interino, en un intento de derrocar a Maduro.
Ciertamente esa decisión, secundada por más de 50 países en conjunto con fuertes sanciones económicas, asfixiaron la economía del país suramericano y debilitaron enormemente a Maduro.
De hecho, un par de años después se supo que la noche del 22 de enero de 2019 el vicepresidente de turno, Mike Pence, llamó directamente a Guaidó y “le dio la orden” de juramentarse al día siguiente como presidente interino, según reveló una fuente a EL TIEMPO.
Fecha que no fue coincidencia, puesto que el 23 de enero, cuando se emitió el acto, coincidió con la caída de la dictadura venezolana ocurrida el 23 de enero en 1958.
Entonces Trump parecía más desafiante que nunca y Maduro no encontraba respiro. El mundo fue testigo de cómo el republicano recibió a Guaidó y le prometió un mayor apoyo.
El mismo asesor de Trump, Jhon Bolton, confesó que Estados Unidos participó activamente en intentos de golpes de Estado contra Maduro.
Pero el país del norte acudió a las urnas en noviembre de 2020 y eligió al demócrata Joe Biden como el reemplazo de Trump, algo que en el caso venezolano fue un respiro sustancial para el chavismo.
En especial porque dada la crisis del 24 de febrero de 2022 cuando Rusia decidió invadir Ucrania, Estados Unidos se vio forzado a buscar nuevos aliados sobre los insumos que le proporcionaba esta zona del mundo, y así las cosas optó por relajar las sanciones al régimen chavista, dándole un alivio económico importante.
A cambio de un compromiso con ejecutar de manera transparente el proceso electoral de entonces, Estados Unidos y Venezuela intercambiaron presos, entre ellos el colombiano Alex Saab, acusado de ser el testaferro de Maduro, quien una vez encarcelado en Florida recibió la libertad y terminó regresando a Venezuela, donde ahora es ministro de Industrias y Producción Nacional.
La historia terminó de manera agria. Si bien el chavismo celebró elecciones el 28 de julio, el proceso terminó proclamando a Nicolás Maduro como el ganador, pese a que el oficialismo no ha presentado las actas que lo constaten y mientras que una asfixiada oposición tiene a su candidato -y reconocido presidente electo por varias naciones- Edmundo González, exiliado en España y a la voz detrás de él, María Corina Machado, en la clandestinidad.
¿Triunfo de Trump es una buena noticia para la oposición venezolana?
Ahora la oposición venezolana parece tener esperanza de recuperar a su aliado con María Corina Machado y Edmundo González a la cabeza.
“Presidente Trump, el gobierno democrático que elegimos los venezolanos el pasado 28 de julio, y que constitucionalmente asume su mandato el 10 de enero de 2025, será un aliado confiable para trabajar con su administración por el bienestar de nuestra gente, el regreso de nuestras familias, la seguridad hemisférica, la estabilidad política de la región y el aprovechamiento real de nuestro potencial energético”, escribió Machado este miércoles en su cuenta de X.
El politólogo Daniel Árias, experto en desarrollo regional, considera que la victoria de Trump tiene “enormes” consecuencias para Venezuela.
Desde Venezuela, le hago llegar mi felicitación al Presidente Electo Donald J. Trump por su victoria, y al pueblo de los Estados Unidos por un proceso electoral cívico y masivo.
Venezuela vive días decisivos para millones de ciudadanos, y para la democracia y la estabilidad de…
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) November 6, 2024
“Es una victoria política tanto para Edmundo González como para María Corina Machado, que han sido durante mucho tiempo aliados del Partido Republicano. No cabe duda de que va a haber una reconducción de la política hacia Venezuela”, dice Arias.
Considera además otro factor clave: la mayoría republicana en el Congreso, ya ganaron el Senado y están a la espera de sumar mayorías en la Cámara de Representantes. De ocurrir, el senador Marco Rubio podría aprovechar esa mayoría para impulsar políticas “más duras y contundentes hacia los gobiernos que enfrentan a Estados Unidos”, dice Arias.
No obstante, advierte que lo mejor para ambos países sería cooperar, pero aparentemente con Maduro en Miraflores eso será cuesta arriba.
¿Qué se puede esperar de Trump hacia Maduro?
Otros analistas consideran que la relación no será la mejor, pero tampoco habrá una política agresiva hacia Caracas.
Laura Dib, directora para Venezuela de la Oficina de Washington para asuntos de América Latina, opina que hay incertidumbre y ambigüedad sobre la causa venezolana: “Los pronunciamientos que ha habido sobre el tema (Venezuela) verdaderamente son muy superficiales”, dijo a EL TIEMPO.
Ciertamente, Trump no se ha metido en esas aguas, lo más cercano ha sido rechazar la actuación de la banda criminal venezolana el Tren de Aragua en EE UU, que precisamente producto de la migración ahora delinque en ese país.
Pero para Arias, sí habrá respuesta política de algún tipo, recordando que Caracas tiene presos a varios estadounidenses.
“Trump puede considerar que son secuestrados políticos y eso puede llevar a que se escale el conflicto de una manera exponencial”, dice el politólogo.
“Trump podría sacarse la espina de Maduro”, comenta de manera off the record un analista que prefirió mantener el anonimato por lo delicado del asunto. “Su política hacia Maduro fue un fracaso, Trump debe revertir eso para no quedar como débil”, insiste.
Y es que para Edmundo González, el opositor exiliado en España, es momento de una buena relación.
“El pueblo estadounidense ha expresado su voluntad soberana, reafirmando el valor de las instituciones, el espíritu democrático y la fortaleza de la alternancia que refuerza la confianza en las instituciones electorales y políticas de las democracias representativas. Desde la misma responsabilidad como presidente electo, hago votos por el fortalecimiento de nuestras relaciones siempre en beneficio de nuestros pueblos”, escribió en X.
Migración, economía y fascismo
El tema migratorio cobra especial relevancia en la agenda cuando cientos de venezolanos llegan de manera ilegal todos los días a Estados Unidos luego de atravesar la peligrosa selva del Darién y que podría llegar a exacerbarse después del 10 de enero, si finalmente Maduro se juramenta como presidente.
Según las autoridades migratorias de Panamá, los venezolanos siguen siendo el mayor grupo de migrantes que transita por la selva del Darién y en comparación con agosto, septiembre tuvo un repunte. De 25.111 migrantes que cruzaron más de 80% fueron venezolanos, el resto colombianos, ecuatorianos, chinos y decenas de otras nacionalidades.
Una situación que enciende las alarmas con el primer discurso del republicano como presidente electo: “Hay que cerrar la frontera, dejar que la gente entre al país legalmente”, dijo Trump este miércoles en la madrugada al conocer su triunfo.
Lo que no se sabe es qué hará Trump al deportar a los miles de venezolanos que claman porque los dejen entrar. ¿Adónde los va a enviar si no hay relaciones con Caracas y el convenio de enviarlos a través de México se rompió? Es el interrogante.
A eso se suma el hecho de que Venezuela envía alrededor de 300.000 barriles diarios a Estados Unidos a través de la licencia otorgada a Chevron. ¿Trump renovará esas licencias? es otro de los interrogantes.
Finalmente, está el tema del fascismo. Grupos de izquierdas antiestadounidenses estuvieron este fin de semana en Caracas para celebrar el congreso Antifascista, impulsando y renovando ideas contra imperialistas.
Entre los puntos acordados están:
Los pueblos originarios de la América rebelde y mestiza estamos resistiendo y combatiendo la barbarie neocolonial.
El pensamiento profundo de la Revolución Bolivariana es construir un modelo original que una a la América.
La pérdida de la hegemonía mundial del imperialismo y el surgimiento del nuevo mundo pluripolar y multicéntrico, son signos de un nuevo bloque de poder en 100 años.
Venezuela 🇻🇪 tiene y tendrá la fuerza moral, política y espiritual para continuar su avance en los caminos en contra del fascismo.
Para Arias, estos movimientos tienen como objetivo enfrentar a Estados Unidos, “lo cual puede ser muy peligroso desde el punto de vista político y económico, considerando que el gobierno de Trump puede responder de manera contundente ante estas amenazas”. (GDA)