PORTACHUELO
Los liderazgos marcan el ritmo de las actividades colectivas e influyen en el logro de los resultados. Son determinantes en la generación de la dinámica que facilita el logro de metas en un tiempo estimado razonable.
Todos los liderazgos tienen un común denominador, la credibilidad. Los seguidores creen y comparten sus ideas, y están dispuestos con sus esfuerzos a cooperar más allá de lo normal o común. Conscientes de que si se les exigen resultados extraordinarios, harán esfuerzos también extraordinarios.
Ejemplos de liderazgos en la historia los encontramos en distintos órdenes y disciplinas; como los de Simón Bolívar, Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Abraham Lincoln, Winston Churchill, Steve Jobs, Michael Jordan; entre otros.
No es lo mismo ser líder en negocios que en política. En política ha habido tanto lideres positivos como también negativos, destructivos, abusadores del poder y la confianza depositada por sus seguidores. Líderes que no trabajan para el bien común, sino para servirse asimismo e intereses particulares. Utilizan el poder para el mal. Hitler fue un
ejemplo de ellos. Un líder impresionante que en vez de enfocarse en conducir al pueblo alemán al desarrollo, lo embarcó en una guerra impregnada de odio; llevando a Alemania al desastre; cuando la pudo convertirla en una potencia súper desarrollada. El ejemplo de un gran líder que equivocó el camino.
Una gesta maléfica como la de Hitler, con sus notables diferencias de alcance, espacio y tiempo, resultó ser el liderazgo indiscutible de Chávez en 1998 cuando alcanza el poder. Las mayorías nacionales creyeron en él. En sus iniciativas, firmeza, comunicación (excelente comunicador), convicciones ideológicas y el “futuro edén” ofrecido a todos por igual. Al final resulto un engaño colectivo; cuyas nefastas e inhumanas consecuencias políticas, económicas y sociales sufre hoy el pueblo venezolano. La destrucción de toda una nación.
Es en medio de las crisis, de las situaciones difíciles y catastróficas, cuando salen a relucir las cualidades del liderazgo autentico. Venezuela está en espera de ese liderazgo para alcanzar la superación y el desarrollo nacional en armonía social.
Para contar con él, se hace indispensable de un líder capacitado y correcto. Con credibilidad. Un líder que sirve a los demás sin esperar nada a cambio. Constructor de bien común de, con y para todos.
Un liderazgo participativo democrático muy claro y firme, transformacional que al fin haga justicia natural y social transformando la inmensa y variada riqueza natural en prosperidad, seguridad y bienestar social. Y se pueda afirmar con nobleza “Venezuela un país rico y desarrollado”
Única manera de salir de la oscuridad y hacer brillar la “MORAL Y LUCES” exigidas por Simón Bolívar como primeras necesidades.
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