El gobierno de Nicolás Maduro autorizó la entrega de cuatro centrales azucareros, ubicados en los estados Yaracuy, Portuguesa, Zulia y Barinas, al sector privado. La medida marca un cambio en la política de estatización iniciada durante el gobierno de Hugo Chávez.
Lejos de mejorar la producción, las centrales estatales terminaron en condiciones críticas, según reseñó NTN24. Trabajadores denunciaron que las plantas enfrentan “falta de mantenimiento a las maquinarías, ausencia de repuestos, despidos injustificados, falta de equipos de seguridad y uniformes, paralización de las plantas por inoperatividad de varias maquinarias, irregularidades administrativas y desfalco”.
Joel Segura, presidente de Fedecámaras en el estado Lara, se refirió al tema en una entrevista con Unión Radio, donde mencionó los ingenios de Barquisimeto y El Tocuyo. Segura se mostró esperanzado con el nuevo esquema de gestión: “La reactivación de la producción azucarera impulsará a otras industrias”.
Actualmente, los centrales se encuentran en fase de reparación y mantenimiento, con la meta de reiniciar operaciones entre diciembre y enero. Para lograrlo, requieren inversiones en metalmecánica, maquinaria y tecnología, así como mejoras en el suministro de servicios básicos como electricidad y agua, fundamentales para su funcionamiento.
Según Transparencia Venezuela, 62% de los centrales azucareros del país todavía están bajo administración estatal, pero apenas cubren 25,62% de la demanda nacional, lo que evidencia el bajo rendimiento del modelo público.
El traspaso al sector privado podría convertirse en una oportunidad para recuperar la capacidad productiva de la industria azucarera, aunque persisten desafíos estructurales que deberán atenderse para garantizar su sostenibilidad. (EN)








