Desde el campo inmortal de Boyacá/Colombia.
Algunas reflexiones sobre el Libertador Simón Bolívar, en ocasión de la sesión convocada por la Asamblea Nacional (AN) para conmemorar el bicentenario de la concesión de la ciudadanía mexicana a El Libertador Simón Bolívar, el 17 de marzo de 1824, por el Congreso Constituyente de los Estados Unidos Mexicanos, en honor a su legado independentista.
Aunque Bolívar, El Libertador, ha desencarnado, su presencia y su influencia permanece viva en el recuerdo, en la historia y en las mentes del pueblo. Lo que representa permanece vivo y en el sentir y el creer de la gente, de las personas, Bolívar es la inspiración para el poeta, para los que luchaban en el bando republicano, que defendían la patria frente al dominio español.
Bolívar representa la libertad, la fortaleza y la lucha. Frente a los que pretenden pisotear la bandera de la democracia, su figura se erige para defender a sangre y fuego esos principios. Bolívar es omnipresente y vela por los pueblos oprimidos y en lucha. Junto a la búsqueda de la libertad está también el dolor de los muertos, de la sangre que tiene el suelo. Su presencia se siente como real.
En cada conflicto, en cada momento que es necesario, un Bolívar, un Libertador, aparece para mandar, acompañar a los que luchan por la democracia. Es decir, cuando estalla un conflicto siempre es necesaria la figura de una persona que haga que el pueblo lo tenga como referencia para seguir adelante en sus reivindicaciones. En este momento le ha tocado a María Corina Machado asumir esa responsabilidad, para recordarle al pueblo que lucha, para que su país sea mucho mejor, para que las personas puedan vivir con dignidad.
Bolívar es y representa una reivindicación de la democracia y del pueblo para que la libertad y la democracia se erijan como elementos fundamentales de cualquier gobierno. Esto debemos tenerlo muy claro.
«Cuando 100 generaciones confundan él polvo de sus huesos con los campos, se verá la grandeza de Bolívar.»
¡Viva Venezuela Libre !
Oscar Romero Amaré