Ningún duelo es parecido. Hay quienes enfrentan las grandes pérdidas con lágrimas, otros prefieren el humor y unos cuantos usan una mezcla de ambos para sanar el dolor. A los venezolanos no les resulta ajeno el peso del luto que causa migrar y las heridas difíciles e incómodas que cicatrizan lentamente al salir del país. Cada quien tiene una experiencia distinta y la cineasta venezolana Verónica Contreras Jasir se inspiró en sus propias pérdidas para escribir Alas rotas, un monólogo interpretado por Yuru Soto con el que debuta como dramaturga y directora en Venezuela.
Como guionista, Contreras Jasir siempre recurre al arte para hablar de eso que le afecta. Hace dos años, sin embargo, enfrentó un fuerte bloqueo creativo cuando intentaba escribir el guion para su primera película. No era una época fácil para ella. Estando sola en Ciudad de México, sitio al que migró en 2017, sufrió la pérdida de su papá. Sabía que quería escribir sobre el duelo, las grandes pérdidas y las ausencias, pero tenía las palabras bloqueadas.
Fue entonces cuando decidió buscar otros métodos de escritura, más frescos y libres, para soltar la mano, sin desistir de ese tema tan fuerte y personal. El resultado fue Alas rotas, un divertido monólogo que poco a poco la ayudó a sanar, aunque fue bastante doloroso escribirlo en un ejercicio de sublimar lo que le pasaba.
“Cada vez que teníamos un ensayo, un casting, era revivir momentos muy difíciles de mi vida, pero al final, cada vez que volvíamos a repetir esta historia, yo sentía que sanaba un poco más. Hoy, después de tres años haciendo esta obra de teatro, me siento curada. Para mí el arte me curó, el duelo pasó y mis alas sanaron”, confiesa la guionista.
La obra cuenta la historia de María Milagros, una migrante venezolana residenciada en México que narra con humor los desafíos de la migración y las presiones sociales. La obra tendrá tres únicas funciones en la sala del Espacio Plural del Trasnocho Cultural: este viernes 22 de agosto a las 6:00 pm y sábado y domingo a las 4:30 pm. Será la primera vez que Alas rotas se presente en Venezuela tras dos exitosas temporadas en México con cinco funciones llenas y tres agotadas, en La Teatrería y en el Foro Shakespeare.
Hay mucho de la historia de Verónica Contreras Jasir en el monólogo de María Milagros, aunque el personaje, a medida que lo escribía, iba cobrando vida propia. Alas rotas también se nutrió de las historias de otros migrantes venezolanos y de algunos amigos de la dramaturga que también pasaron por momentos difíciles.
“Soy fiel creyente de que los personajes que escribimos comienzan a tener su propia personalidad. Eso a mí me encanta. Uno puede imaginarse la cosa de una manera pero los personajes que tú creaste toman vida propia y ellos comienzan a tomar decisiones. La misma historia te va pidiendo ciertos matices que tal vez no te esperabas o no era lo que querías, pero te lo va pidiendo la historia. Uno como autor tiene que escuchar a sus personajes. Cuando se hace esto creo que las historias son más sinceras y auténticas”, explica.
En Alas rotas, Contreras Jasir no le temía a los tópicos difíciles: quería iniciar la conversación sobre muchos tópicos que siguen siendo tabú en la sociedad. Rupturas de compromiso, el duelo, la migración, lo difícil que es incluso quedarse en Venezuela… Insistió en tocar esos temas para, por medio del humor y una que otra lágrima, fomentar la empatía.
“Si empatizamos con esto, el mundo va a ser un lugar mucho más bonito. Por eso, creo que es importante en las artes tocar temas incómodos que puedan comenzar nuevos debates, invitar a la reflexión. Cuando salgas de la sala del teatro tendrás algo que reflexionar y con suerte esto te hará ser más empático con las personas que están afuera”, opina.
Aunque se tocan temas difíciles, la obra la considera divertida y dinámica. Probablemente el público también “echará una lloradita”. María Milagros hará que el público experimente una montaña rusa de emociones mientras habla de su infancia en Venezuela, su adolescencia, su migración y sus tropiezos. Es una obra íntima, en palabras de la directora.
No podría ser de otra manera: Verónica Contreras Jasir confiesa que cada vez que ha vivido un duelo, ha sentido que se rompe. “Yo creo que cuando uno pasa por un duelo, así es como se siente, roto”, comenta. Cuando conversaba con personas que pasaron por situaciones similares, se percató de que utilizaban la palabra “roto” para describirlo. Eso le llamó la atención, no suele ser un adjetivo frecuente para expresar sentimientos. Así que se inspiró en eso para el título de una propuesta que se perfila como cercana e íntima.
“Además, el Espacio Plural del Trasnocho es una sala perfecta para un monólogo porque el público está muy cerca de la actriz. Van a ver cómo Yuru Soto también interactuará con el público. Como el eje central de esta obra es el duelo, me pareció muy lindo y muy simbólico llamarlo Alas rotas. Los que pasamos por momentos difíciles sentimos que nos rompemos pero el mensaje es que podemos seguir volando aunque tengamos las alas rotas”, revela. (EN)









