En el «Nuevo Secretario del amor», hallé un verso que dice: «Amor es frío, es ardiente, es el purgatorio y eden, sabroso cuando es constante, cuando es incierto, cruel» .
Si bien el amor comprendido es un tormento, sin duda el desesperado es turbulento. Sin embargo, resulta imposible no llevar en el alma una ilusión porque «el amor es la esencia de la vida y la única alegría del corazón» como lo destaca el pasaje venezolano.
Hay encuentros amorosos en privado, en secreto, porque si se sabe se acaba, se llevan solo en el rumor de la sangre. Hay otros tan nobles y profundos que no preocupa que lo sepa todo el mundo.
Hay entregas totales, sin condición alguna, no con un beso nada mas… pero no hay que olvidar que del plato a la boca a veces se cae la sopa. En este sentido, el proverbio mexicano es sabio al alertar que «el amor es muy bonito, no se le puede negar… dalo poquito a poquito nunca se acabará».
Existen amores en tránsito, precarios, provisorios, contrariados, cruzados…y peregrinos, que dejan en el alma escabrosos torbellinos. Y no faltan los amores silenciosos que disparan «flashes» reminiscentes, que ya no están pero siguen latentes, que se pueden recordar si la vida los encuentra una vez más.
Y hay amores, como lo resalta la balada, que quitan el sueño, roban la vida, matan de celos.. aunque jamás se olvidan ya que son tan grandes que no tienen medida.
Como lo aclara el son latino, el goce efímero es un enredo tan divino que no trasciende por no ser genuino.
No obstante, hay amores que saben a gloria, a veces a infierno, locos pero tiernos, con clase y estilo y brío pero a lo mejor pendientes de un hilo debido a que no son amores sino amoríos.
También se observan los amores a distancia, «más allá del sol y las estrellas», que se viralizan y llenan de alegría el vivir, impregnados de emociones, quizás, imposible de volver a repetir.
Hay derrotas sentimentales porque parece que cuando se ama menos no se ama ya. Se piensa que es el último fracaso y no se podrá amar a nadie mas. Sin embargo, el juramento, inesperadamente, se rompe porque
se tropieza al fin con un hechizo dispuesto a rehacer las cosas del querer.
Las despedidas producen dolor y hasta a la mente envenenan y si se desean recordar, habrá que buscar por la orilla del már el nombre que grabó en la arena.
Hay regresos apasionados. Esta el corazón triste y fatigado y es tan ardiente la pasión que puede el amor retornar «como vuelven esas inquietas olas coronadas de espumas sus playas a besar».
En todo caso, a mi juicio, amar es lo esencial, «no importa a quien, qué importa la botella en tanto el vino embriague», como lo subrayó un corazón enamorado.
Febrero 2025