A mediados de 2022, a pocos meses del inicio de la guerra de Ucrania, el ex secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, sugirió al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, que con el propósito de concluir la guerra de la manera menos traumática posible, Rusia conservaría parte del sureste de Ucrania y la península de Crimea. El rechazo de Zelenski no se hizo esperar. En un tono firme  manifestó que “Kissinger emerge del pasado” al exigir que Ucrania le dé un pedazo de territorio a Rusia para que esta nación no quede marginada de Europa.