A pesar de todas las afirmaciones del gobierno de haber desalojado las minas de Bolívar y Amazonas luego de la tragedia de bulla loca, esta semana un «accidente» en una mina de Caño Mosquito, en el municipio Manapiare, del estado Amazonas, dejó dos personas fallecidas, según reportó la ONG Kapé Kapé, que ratificó que ambos eran de etnias indígenas de la zona.
Según los informes de Kapé Kapé el suceso se produjo cuando los indígenas junto a un grupo de personas estaban dedicados a las labores de minería buscando oro, como es muy usual en galerías improvisadas y huecos abiertos en la tierra por mangueras de agua, cuando un alud de tierra mal compactada se les vino encima y los tapió. Los mineros y fallecidos eran nativos de las comunidades de Majagua, de San Juan de Manapiare, Caicara del Orinoco y Santa Rita, estado Guárico, que confluyen en el sector en una bulla nueva sin ningún tipo de control por parte del gobierno.
Este suceso nos indica que siguen los focos de minería ilegal presentes, tanto en el estado Bolívar como en el vecino estado Amazonas, y que todo el despliegue comunicacional del gobierno hablando del desalojo de miles de mineros de la zona, no fue más que publicidad y propaganda sin base real, pues el problema continúa con alrededor de 50 focos mineros en ambas entidades según las aproximaciones de Kapé Kapé.
De acuerdo con un monitoreo satelital realizado por Wataniba en 2023, en el municipio Manapiare se detectaron 48 focos de minería ilegal. 612 de las 934 hectáreas se encontraban deforestadas por esta actividad, según reseñaron medios locales organizaciones ambientales.
Según reportó Kapé Kapé, las labores de rescate en la zona del siniestro en Amazonas las atendieron los propios compañeros mineros que se ocuparon además del traslado de los cuerpos a la población de San Juan de Manapiare, mientras esperaban la llegada de las instituciones oficiales que hasta el momento han mantenido silencio sobre el caso. (Redacción)