“Si los perros ladran, es que vamos cabalgando” le decía Don Quijote a su compañero Sancho en el clásico de la literatura española, como analogía de las críticas que suelen generar quienes asumen algún liderazgo para el cambio en cualquier ámbito de la vida individual y colectiva.
Hoy, los perros le ladran a Juan Guaidó. No solo se trata del régimen procurando mantenerse en el poder persiguiendo y apresando al entorno cercano del presidente encargado, además de limitar su maniobra y montar teorías conspirativas. También se ha sumado ahora un segmento radical de la oposición que aferrados a teorías bélicas que no dependen de Guaidó, tratados inservibles y estrategias ya probadas y fallidas; han emprendido en contra de la cabeza del único poder legitimo del estado (Asamblea Nacional), eso si, a través de terceros a veces anónimos y por redes sociales… Por si acaso.
Poco logran desde el madurismo deslegitimado y desde las minorías opositoras hambrientas de poder, que, como todos los extremos terminan tocándose y hasta poniéndose de acuerdo en un objetivo común. La cabeza de Guaidó.
El encargado de la nación tiene dos grandes enemigos que no son los anteriormente mencionados, realmente se trata del tiempo y los logros que alcance en este. Han pasado ya seis meses desde que en enero, el parlamento venezolano desconociera a Nicolás Maduro como presidente legitimo de la República y que se juramentara para ese cargo, como interino, el diputado Juan Guaidó.
Para la función pública, un gerente es mejor que un profesor
Entonces, ¿Qué ha ocurrido en los últimos 180 días?
– Se visibilizó la crisis humanitaria, desconocida para el mundo hasta enero
– Se visibilizó la crisis migratoria nunca antes vista en este hemisferio
– Se visibilizó la violación de otros DD.HH y la tortura
– Se prolongó la vigencia de los pasaportes vencidos por cinco años mas
– 60 naciones del mundo occidental desconocieron como presidente a Nicolás Maduro
– Se aplicaron sanciones económicas a funcionarios y exfuncionarios implicados en corrupción
– Se bloquearon los instrumentos de financiamiento del régimen de Maduro
– Se dio el control de los bienes de Venezuela en el exterior a Guaidó
– Se realizó el pago de deuda que comprometía a Pdvsa y su filial, Citgo
– Se nombró embajadores en mas de 10 países e instituciones como la OEA y FMI
-Se comprobó el 30 de abril la fractura del gran bastión de Maduro, las Fuerzas Armadas
– Se liberó a presos políticos
– Se integró a Venezuela a acuerdos internacionales de defensa como el TIAR
En conclusión, Venezuela dejó de ser un problema local, de sus habitantes, para ser una de las crisis más preponderantes en el mundo, en que hoy se ocupan, desde la Cruz Roja, pasando por la ONU y la Unión Europea. Las dos grandes potencias (Rusia y EE.UU) se disputan el control y salida a la crisis. Hace seis meses Venezuela estaba sola, hoy el mundo la apoya. (Venepress)
